WCw omo era imposible de evitar, las cuentas públicas, la situación financiera de la Administración autónoma y las perspectivas de futuro han irrumpido en el debate político como un huracán. La Junta ha ido estableciendo una especie de comunicación 'in crecendo', de manera que los datos del siguiente mensaje son más inquietantes que el anterior. Así, el presidente Monago manifestó a mediados de julio, en la entrevista mantenida con este periódico, que el déficit regional estaba "unas décimas" por encima del 1,3% del PIB previsto para el año por el Gobierno central; a final de julio, el consejero de Economía y Hacienda lo situó en el 2,7%, y ahora Antonio Fernández habla de un desajuste del 6,81%, casi 5 veces por encima de lo permitido. El mensaje final lo dio ayer el presidente: la situación es tan crítica que "estamos ante el mayor desafío económico de la historia de Extremadura". Pidió apoyo a los partidos para salir de ella y anunció que, en los presupuestos del 2012 habrá "sustanciales recortes".

Ante esta situación, es exigible tanto al partido que sustenta a este Gobierno como al que sustentó al anterior que hagan un esfuerzo de claridad, concisión y pedagogía y expliquen el pormenor de las cuentas, que para el PP son apocalípticas y para el PSOE perfectamente controlables. Entre un parecer y otro, y sin saber a qué carta quedarse, hay una ciudadanía inquieta y desconfiada. Contribuir a disipar la inquietud y desconfianza de los extremeños es tarea a la que deberían encomendarse cuanto antes y en sede parlamentaria nuestros responsables políticos.