Aunque quizás hay muchos que ya lo saben, siempre es bueno recordar que la Educación y el conocimiento son dos elementos fundamentales para el progreso humano. Así lo ha sido desde el inicio de la Historia y así lo sigue siendo hoy en día. A menudo se habla de la necesidad de cambios, de reformas, de regeneración, pero muchos se olvidan de que la forma de mejorar nuestra democracia a medio y largo plazo empieza por un Pacto Nacional por la Educación. Un pacto que sea fruto del diálogo y del acuerdo, pero que no por ello sea un pacto de mínimos, pues si así fuese de poco serviría.

Para que realmente merezca la pena, debe ser un acuerdo valiente, que aúne, tanto la defensa de la inclusión educativa y la igualdad de oportunidades, como el fomento de la excelencia, el mérito y el esfuerzo. Solo así podremos tener una educación que dote de futuro a nuestros jóvenes y a nuestro país.

El deficiente sistema de enseñanza y el bajo nivel cultural son uno de los mayores problemas que desde hace mucho tiempo arrastra España. La clase política es elegida por el pueblo y en buena medida es un reflejo del mismo, por lo que sin una ciudadanía bien formada es imposible poder tener una democracia sana y una clase política óptima. Necesitamos un sistema educativo que mejore los conocimientos técnicos de nuestros jóvenes, pero no solo es eso, sino que hay que ir más allá, pues de poco valdría una mera formación técnica si no se les enseña a pensar por sí mismos, y para ello, son fundamentales las Humanidades y las Ciencias Sociales, especialmente materias como Filosofía, Historia o Economía.

Por tanto, mientras no tengamos una ciudadanía formada y que piense con criterio propio, será muy difícil evitar que los ciudadanos sean engañados una y otra vez por populistas, demagogos o corruptos de un signo político u otro. De hecho, aquellos partidos no populistas que en vez de apelar a un voto pasional, apelen a uno racional, serán paradójicamente los que más difícil lo tengan para triunfar en las urnas, mientras que el populismo de izquierdas o de derechas campará a sus anchas.

Pero al margen de las opiniones políticas de cada uno, hemos de reconocer que Ciudadanos ha sido un partido constructivo y valiente a la hora de tender la mano y de colocar encima de la mesa como objetivo irrenunciable un Pacto Nacional por la Educación. Ahora la pelota está en el tejado del resto de partidos. Esperemos que, ojalá y por el bien de todos, piensen de verdad en el futuro de los españoles y tiendan la mano a un valiente acuerdo en Educación, pues tal como decía el gran filósofo ilustrado Immanuel Kant "el hombre no es más que lo que la Educación hace de él".