Uno de los temas de conversación recurrentes entre confinados es el del paso del tiempo. Si al principio había quien pensaba que moriría de aburrimiento encerrado en casa e inmediatamente lo inundaron de propuestas como nueva muestra de la infantilización que a veces nos domina, ahora no podemos creer que ya hayan pasado siete semanas. Hemos gestionado este tiempo de formas diversas, fundamentalmente en función de las circunstancias personales, familiares y laborales.

Tener que parar en seco invitaba a la introspección a nivel personal y a nivel colectivo aparecían disyuntivas temporales como un clamor al cielo: «Europa ahora o nunca», «La cultura ahora o nunca», «La salud ahora o nunca»...

Hemos atendido como hemos podido la emergencia, principalmente desde el sector sanitario, con un nivel de compromiso, organización y coordinación envidiables. La política ha puesto parches a la economía.

Los lazos afectivos y sociales se han hecho más evidentes y necesarios que nunca. Pero seguimos teniendo que hacer frente a la incertidumbre. Tenemos ciclos históricos y económicos para analizar, modelos matemáticos y hasta profecías noveladas. Pero ¿qué hemos aprendido?

Cuando la humanidad tiene más recursos que nunca para hacer frente a las calamidades, debemos hacer una gestión responsable y ponernos lentes progresivas, para mirar de cerca y de lejos. Me preocupa saber quién y desde dónde está pensando en el día siguiente. No podemos dejar que solo levanten la vista los que se lo pueden permitir. Si no se hace desde la política, otros lo harán por nosotros, y no será en beneficio de muchos sino de pocos.

Hablemos de presupuestos, de gasto, de inversión, de prioridades, de desigualdades, de retribuciones, de precios, de planificación, de cooperación, de la gestión de lo urgente y lo importante. Hay que pensar en el próximo año, y en el otro; en lo que dejaremos de tener si no hacemos nada o en lo que nos gustaría que cambiara y con qué recursos hacerlo. Quiero creer que los gobiernos lo están haciendo. Porque el día siguiente también es hoy.

*Editora