A los del PSOE (enhorabuena) se les ilumina la cara de felicidad y danzan al ritmo de su particular himno de la alegría; los del PP se sienten como cuando en el cole sacabas un 4,5 (casi aprobado, has mejorado pero te catechamos ); los de CIU ascienden de bien a notable; los de UPD, ha sido llegar y besar el santo (ya pueden armar dentro el follón que armaban fuera); y los de IU y ERC escapan como pueden de la quema y de la saudade (hubo tiempos mejores), de su sombrío y melancólico domingo. Ya ven, del alegría luminosa de unos al domingo sombrío de otros (que esperemos no opten por el harakiri colectivo, sino, como necesitan mejorar , por aquello de meditar e intentar sacar mejores notas en los exámenes siguientes), pasando por la miel en los labios de los populares, que se quedaron de nuevo a las puertas (esta vez más cerca, pero siguen en el banquillo de la oposición), y el salto de Rosa Díez , que, con un entrenamiento de unos pocos meses en abierto (pero con una preparación de largo recorrido), se ha llevado medalla.

Y, como era de prever, con un Parlamento donde la pluralidad se escapa por la ventana y el bipartidismo entra por las puertas abiertas de par en par y empieza a campar a sus anchas. Y, como era de prever, también, rodarán cabezas. La de Llamazares ya está en bandeja; Ridao y los suyos a ver cómo logran salir a flote (o a ver qué les canta Lluis Llach ). Y Rajoy , no había más que verlo la noche electoral, ha suspendido otra vez y seguramente, en unos meses, se lo carguen a él y a su colla (los Zaplana, Acebes y compañía) y no sabemos quién se encargará de entrenar al equipo; quizás se traigan a un coach de fuera, de los que salió de la cantera pero que después ha hecho carrera en otros campos.

Y tras todo esto, la pregunta es, ¿con quién va a bailar el PSOE? Seguramente alguna de las derechas periféricas (CIU con sus 11 diputados o PNV con 6 escaños) será su pareja de baile, como ya lo ha hecho en otras ocasiones tanto con este partido como con el PP. ¿Habrá pacto de Gobierno?, ¿habrá pactos puntuales y sectoriales?, ¿cómo profundizar en las llamadas políticas progresistas y sociales? Lo que se ve es que Izquierda Unida (amén de sus trifulcas internas) no luchó lo suficiente (al menos reclamar, que algo queda) el cambio de ley electoral ni otros temas importantes; y que en el asunto del Estatut (que terminó siendo banquete definitivo de PSOE y CIU), los de Convergencia y Unió terminaron llevándose el gato al agua y Esquerra se quedó sin dar bocado en Madrid.

PD. Otro día hablaremos de la "injusta ley electoral", como la llama una amiga; modelo que se eligió durante la transición "por compromiso con los nacionalistas vascos y catalanes", dice otro amigo; y para bloquear el acceso del PCE y afines al poder, añado yo. Hecha la ley, hecha la trampa.

*Periodista