WLwa policía británica sigue sin explicar las causas por las que sus agentes dispararon encarnizadamente a la cabeza del electricista brasileño Jean Charles de Menezes en un vagón del metro de Londres el pasado 22 de julio. Las sospechas fundadas de que la víctima podía formar parte de un grupo terrorista como ha argumentado, durante semanas, la policía británica para excusar su error se han desvanecido completamente. La patraña se ha desvelado gracias a la paciente investigación de los medios de comunicación del Reino Unido, que han puesto en evidencia la falta de escrúpulos de Scotland Yard a la hora de ocultar las pruebas de sus atropellos.

El responsable de la policía de Londres, Ian Blair, se excusa en que no supo de la precipitación de sus hombres hasta un día más tarde. No es aceptable, dado el tiempo transcurrido hasta que se ha empezado a saber la verdad. No ha dimitido, pero tampoco le han destituido, lo que eleva el caso a la estricta responsabilidad política.

Los portavoces del primer ministro, Tony Blair, han mostrado su comprensión por el error policial, es decir, por el ocultamiento de un homicidio al amparo de un falso estado de necesidad. Blair vuelve a amparar una mentira y debería responder por ello.