Hace ahora ochenta años que nuestro país sufrió el mayor exilio, cualitativo y cuantitativo, de su historia. Más de medio millón de españoles cruzaron la frontera, huyendo de la represión franquista. Aunque casi la mitad regresaría, creyendo las promesas, muchas veces falsas, de que no les ocurriría nada, el resto siguió en el destierro, muriendo allí o retornando ya ancianos, muerto el dictador.

Los extremeños republicanos no lo tenían tan fácil para huir como los catalanes, vascos o aragoneses. La frontera más cercana, con el Portugal de Salazar, aliado de Franco, era letal, como comprobaría Sinforiano Madroñero, alcalde socialista de Badajoz, detenido en Campo Maior y devuelto a su ciudad para que lo fusilaran. Pese a todo, habrá extremeños que se exilien, que participen en la Liberación de París o mueran en los campos de concentración nazis. Habrá también destacados políticos, científicos y escritores extremeños en el exilio, desde Fernando Valera y Luis Romero Solano a Arturo Barea, Enrique Díez Canedo o Antonio Otero Seco.

La próxima semana, se celebrará por primera vez en Cáceres un congreso internacional dedicado al exilio extremeño, con participación de investigadores llegados desde Italia, Colombia o Estados Unidos; de Salamanca, la Complutense, o la Autónoma de Barcelona. El jueves 13, primero en la Facultad de Formación del Profesorado, desde las 9.15 a las 14 h, y, a partir de las 17 h, en la Biblioteca del Estado Rodríguez Moñino, donde se prolongará también durante el viernes. Abrirá el congreso Manuel Pecellín, pionero en el estudio de autores como Francisco Vera, y cerrará la tarde del jueves, a partir de las 20 h, la conferencia de Manuel Aznar Soler, quien desde el GEXEL (Grupo de Estudios del Exilio Literario) lleva un cuarto de siglo impulsando la investigación del legado del destierro republicano. Entre medias, habrá sesiones dedicadas a Barea y Díez-Canedo por la mañana, y por la tarde sobre la edición (presentación del libro de José Antonio Llera sobre Poeta en Nueva York, editado por la Editora Regional de Extremadura), el cine en el exilio (el cacereño Marco Antonio Núñez, filósofo y crítico de cine, hablará sobre Luis Buñuel) y la obra de María Teresa León. Precisamente, el congreso ha sido concebido por sus coordinadores como un homenaje a quien fuera su profesor y amigo: el catedrático Gregorio Torres Nebrera, fallecido en 2013, que editó las principales obras de León y Barea y seguramente haya sido el mejor filólogo de la Universidad de Extremadura.

El viernes, la mañana estará dedicada a la literatura. Entre otros, Luis Esteve abordará una obra inédita de Antonio Otero Seco, Miryam Vilchez tratará de la poesía de Ernestina de Champourcin y Roberto Carlos Ramírez Morcillo analizará Cumbres de Extremadura, la mejor novela de José Herrera Petere, que tuvo dos ediciones muy distintas en la guerra y en el exilio. Una obra que, como ya dije otras veces, merecería estar entre las lecturas obligatorias de secundaria en nuestra región.

La tarde, será turno para la historia. En un primer bloque, profesores como Julián Chaves, Laura Rodríguez o Juan García abordarán personalidades políticas del exilio extremeño, mientras que en el segundo se tratará de la durísima experiencia de los extremeños en los campos de concentración de Dachau u Mauthausen.

*Escritor.