TAtlgunos creyeron que encandilando a los portugueses con un AVE, que les llevaría a Madrid en un suspiro, se aseguraban el alta velocidad para Extremadura. Así lo pensaron quienes, considerando a los políticos y al pueblo luso como de segundo nivel, fáciles de engañar por tanto, auspiciaron con su prepotencia política un fracaso cantado que, ahora, está aflorando. A pesar de ello no faltaron quienes propusieron otras opciones más articuladoras territorialmente, en orden a los originales principios del ferrocarril como articulador de espacios.

La que defendió quien esto relata era conectar en Puertollano con el trayecto AVE Sevilla-Madrid. Era la misma que recomendaba Renfe, pero el poder caudillista extremeño tenía ideas propias al respecto. Ya se ha visto el resultado.

Haber optado por La Serena-Puertollano supondría llegar a Córdoba, triangulando los dos trayectos AVE --los de Sevilla y Lisboa-- desde Almorchón a la Ciudad de los Califas (ciento cincuenta kilómetros con velocidad de 180 Km/hora ). Esto significaría enganchar en la Costa del Sol --con la prolongación del AVE que llega a Málaga desde Córdoba-- el enorme flujo de viajeros potenciales hacia Extremadura y Portugal que suponen los residentes extranjeros en la costa Mediterránea. Desde el segmento Almorchón--Córdoba se enlazaría, sobre un nuevo trazado por Azuaga y Llerena, con la línea Mérida--Sevilla.

Otra resultante práctica de esta solución sería alcanzar Valencia y el corredor Mediterráneo (Barcelona--Algeciras) al que no entiendo por qué hay que oponerse desde Extremadura, si el eje dieciséis permite ampliar la opción de malla que el ferrocarril pretende sobre los territorios.

En la práctica se formalizaría un gran eje diametral ferroviario peninsular entre Lisboa y Valencia en el que se incardinarían, verticalmente, otros trayectos. Ese gran corredor de ferrocarril, con sus hijuelas, es el que incitaría a Portugal a comprometerse en una solución global mucho más contundente. Simplemente porque se sentiría protagonista de un proyecto compartido, de mucho más calado y no simplemente utilizado en una intención tan corta como la que algunos asignaron al AVE extremeño. El tiempo lo está demostrando y la propia dinámica de activar el Eje 16 (Sines--Puertollano) lo evidencia. Quizás aún haya tiempo para reconducir los intereses globales, ilusionar a los portugueses con la posibilidad de aprovechar y compartir, en clave de igualdad, las sinergias económicas derivadas de una propuesta de mucho más calado (imaginen solamente el acercar a los activos levantinos a las extensiones extremeñas y portuguesas, con agua abundante y buen clima, sin hablar de otros sectores) que la raquítica con la que se pretendió utilizarlos. Pregunten ustedes a los ferroviarios y saquen sus conclusiones. Más que nada por si el futuro pudiera reconducirse en beneficio de la mayoría.