WSweptiembre está a la vuelta de la esquina. Como ya se barruntan los problemas cotidianos acallados por las vacaciones, la Unión de Consumidores de Extremadura (UCE), ha recordado ayer en estas páginas lo que cuesta a las familias extremeñas la vuelta al cole y, particularmente, el material escolar y los libros de texto. La UCE ha vuelto a señalar que la gratuidad de los mismos es una histórica reivindicación todavía no satisfecha y, mientras no lo sea, nuestro sistema educativo público y obligatorio suspenderá esta asignatura. La gratuidad del material y los libros de texto, que habrían de ser proporcionados a los alumnos en los centros escolares, tendría el efecto obvio de librar a las familias del gasto que supone su compra, y que en muchos casos su cuantía no es menor a la de la contribución urbana. También tendría otros efectos beneficiosos, dado que obligaría a los alumnos a hacer un ejercicio de responsabilidad sobre dicho material, de cuidado hacia el mismo. En definitiva, una ocasión para entender que compartir es practicar una conducta tan saludable como inhabitual en estos tiempos. Unos libros de texto distribuidos por los centros entre sus alumnos para su uso con la obligación de conservarlos para que aproveche a otros, es hacer pedagogía.