Si en condiciones normales viene bien hacerse un esquema global de la política que nos afecta, en las circunstancias que vivimos, confusas y críticas para nuestro futuro, parece más útil que nunca. Lo que sigue es solo una propuesta para sobrevivir políticamente al año que empieza, mezclando el rigor que intento siempre y un poco de humor, que falta nos hace.

1. Contengan la respiración durante todo el año hasta ver por dónde sale Donald Trump y el Gobierno de amigos millonarios que ha conformado. No duden que se les ocurrirá alguna genialidad con la que «hacernos más felices», y aunque puede que no pase nada, también es posible que ocurra cualquier cosa.

2. Ojo con Putin. La crisis europea, la victoria de Trump, la inestabilidad mundial y su ambición de autócrata narcisista hacen casi seguro que Rusia se convierta en un serio problema durante 2017. No en vano, es uno de los cinco países que apuesta por el uso generalizado de robots militares, capaces de matar sin que intervengan para nada las «molestas» pasiones humanas.

3. Crecerán las guerras porque las armas se fabrican para ser utilizadas, y la industria militar es uno de los negocios más pujantes y rentables del momento. ¿Qué país, qué partidos políticos impulsarán una iniciativa internacional seria para un progresivo desarme definitivo? ¿O eso solo ocurrirá cuando los hijos despedazados por las bombas sean los nuestros? Pensar en esto un minuto cada día del año nos haría mejores.

4. Este será otro año perdido para la Unión Europea. Todo lo que no mejora, empeora, así que cada año perdido es un paso más hacia el camino de su disolución, con las imprevisibles consecuencias.

5. En el PSOE mandarán Susana Díaz o Pedro Sánchez. No se fíen de cualquier candidato o líder que no sean ellos, puesto que cualquier otro, si no es Sánchez, será alguien bendecido por Díaz. La tercera o cuarta vía, por delante o por detrás, por activa o por pasiva, será solo una entelequia diseñada para incautos.

6. Unidos Podemos todavía no aclararán si están unidos ni si pueden. Tratarán de aparentar que sí, pero seguramente será que no. Estarán absortos en un debate interno interminable mientras España espera sus soluciones para temas importantes. Pero la espera no es eterna.

7. ¿Cómo intentará demostrar Albert Rivera que Ciudadanos no es la marca blanca del PP? Sin duda, tendrán que escenificar melodramáticamente algún grave disenso, cercano incluso a la ruptura. Pero las aguas volverán a su cauce y «cuñadismo» podría ser la palabra de 2017 si es que el Gobierno les deja espacio aunque sea solo para eso.

8. Mariano Rajoy seguirá disfrutando cómodamente desde su sillón de Moncloa de la rápida y decidida desintegración de la izquierda (¿nacerá otro partido?). Eso si José María Aznar y Esperanza Aguirre no le aguan la fiesta.

9. Durante 2017 se van a crear las condiciones para otro 15-M, de mayores proporciones que el anterior, pero es dudoso que la ciudadanía en su conjunto esté a la altura para lanzar ese desafío a los poderes establecidos. España deberá demostrar si es el país conformista en el que un dictador se murió en la cama, o el país audaz de las grandes —y escasas— ocasiones en que ha sido capaz de plantar cara a su pasado para construir futuro. Seguramente ganará la resignación. Aun así, las movilizaciones sociales crecerán mucho.

10. Es el año en que Cataluña se independizará de España, según los impulsores del proceso independentista. Es el año en que sabremos si Rajoy está dispuesto a sacar los tanques a la calle para evitarlo o preferirá dialogar; si es lo segundo, deberá explicar por qué no lo ha hecho antes. Si los independentistas no cumplen su órdago, tendrán que explicar por qué se han reído de su pueblo y/o vendido —otra vez— por un plato de lentejas. Los partidos que defiendan un cambio radical en nuestro modelo territorial (referendos incluidos) serán los únicos que irán por el camino correcto.

11. No se preocupen, nos solucionarán algún problema importante. Quizá mejore algo el empleo, quizá metan a algún corrupto famoso en la cárcel a modo de ejemplo, quizá aflojen un poco la cuerda económica. Es lo que utilizan para manipularnos como a los perros de Pavlov. Pero no se dejen engañar, el orden será el mismo: habrá más gente que muere de hambre mientras circulará más dinero pero cada vez en menos manos. Solo unos pocos seguiremos clamando para que esto cambie. Y si seguimos siendo pocos, nada importante cambiará.

*Licenciado en Ciencias de la Información.