Siempre está cerca de ellos, o les teme, si son salvajes. En la calle caminan el caniche, el paciente labrador, el feo chucho o el perro con pedigrí. Y en la casa, el gato que dormita y el canario. Cocteau prefería a los gatos, "pues no hay gatos policías". Y nos hace gracia el mono que, según Descartes , no habla para que no le hagan trabajar.

Nos pasma el tigre pasando por el circense circulo de fuego, nos encandila el delfín con sus piruetas, sonreímos ante el cabrito que mama de las ubres de la cabra, y nos maravillan las cabriolas del caballo andaluz... Nos acongoja la sangre de un toro muriendo en el ruedo, nos conmueve el burrillo de una tribu africana, y nos encanta el de 'Platero y yo', elevado a paradigma universal por Juan R. Jiménez . Fueron decisivos los elefantes de Aníbal , cruzando los Alpes, famosos los caballos, Bucéfalo y Babieca que ensalzaron a Alejandro y al Cid , y fueron arrogantes las cuádrigas en los circos romanos e invictas las águilas de su imperio. Ilustraron los escudos, fueron invencibles los caballeros medievales, los retratos ecuestres de generales adornaron las urbes, leones de bronce guardaron los coliseos y son arrogantes los parisinos caballos de Marli.

Son invulnerables, en el desierto, los vaqueros del oeste americano y los beduinos, jinetes en caballos y camellos, y más altivos los reyes montados en sus alazanes y carrozas... Puso peligro en los ríos el cocodrilo, la serpiente, pavor en la jungla y el escorpión, terror en el desierto. Y fue el azor símbolo de caza aviar, la paloma, de la paz, y el guepardo de la velocidad... Y son épicas las berreas de ciervos, las estampidas de búfalos y los trineos de perros por las heladas estepas... Rocinante cabalgó en su gran novela Don Quijote de la Mancha, y otros animales ilustraron cuentos y las fábulas de Iriarte y Samaniego ... Y nos fascinaron sus fantasías fílmicas como El rey león, mientras en el hipódromo de Ascot corren los mejores caballos del mundo.

Por eso, el trato animal mide la educación del pueblo. No es raro que salga ganador el animal si se compara con el hombre, pues aquel, se dice, nunca tratará mal a su hembra. E injusto es decir que es deporte, si un hombre mata a un tigre, y si éste mata aquél, ferocidad; aunque discutible decir que el hombre es el animal que bebe sin tener sed, come sin tener hambre, y habla sin tener nada que decir. A pesar de todo, el hombre es el rey de la creación.