TCtomo todos ustedes saben, y si no lo saben ya es hora de que lo sepan, llamarse Jaume en Cataluña es fundamental. En Barcelona no se hace nada bien, catalanísticamente, si no se hace o se enfervoriza en la plaza de San Jaume, porque es una plaza que vertebra el estado catalán, ya que siendo como es cuadrada, en uno de los lados está la Generalitat y en la de enfrente el Ayuntamiento de Barcelona. Otra cosa es llamarse Pere, o sea el Pere, para centrarnos: Pedro, o el Pedro... Pero el Pere no tiene la misma consideración que el Jaume. Jaume es precipitar en una redoma un tipo de cierta estirpe. Si te llamas Jaume, es la repera.

Bueno, pues mi amigo Jaume se sintió indispuesto y fue a que lo vieran en el hospital de San Pau, que es otra institución, y allí le descubrieron que su colesterol malo no es que fuera malo sólo, es que era de una calidad casi como la del agua de la fuente de Canaletas. Pero siguiendo en la observación, el ácido úrico era casi perfecto. No se había visto un ácido úrico como el de este Jaume en muchos años. Como consecuencia de este ácido maligno, le fue detectado que uno de los riñones era mejor estirparlo cuanto antes, porque, o se lo estirpaban o el ácido se transformaba en cúprico. El dedo gordo del pie era de ver también y le aseguraron que los cristales que tenía no se podía comparar con los de Luna Pulida Cristañola , y le dieron dos días más de vida si no ponía remedio y dejaba de comer centollos en Can Costa.

Alarmada la Generalitat, se reunió el gobierno con Maragall al frente y decidieron subir el precio de la gasolina, con el fin de poder pagar el gasto, o sea la financiación de las enfermedades de Jaume. Y así están las cosas.

*Escritor