La apuesta por Madrid 2020 fue vencida frente a Tokio y Estambul. Una decisión que hay que tomar deportivamente, aunque para muchos represente una gran decepción, especialmente para nuestros deportistas. Lo que parece convenir ahora es analizar esta carrera por organizar unos JJOO y establecer una estrategia en pro del desarrollo del deporte en nuestro país, para que la base sea sólida, y conseguir que la excepcionalidad de algunos de nuestros deportistas no sea tal excepción y de verdad represente una evolución del deporte en nuestro país.

Parece, por los datos, que hay una intención de bajar el presupuesto dedicado al deporte y a los deportistas. Y ahí nos equivocamos, aunque no seamos ciudad olímpica no quiere decir que renunciemos apostar por medallas en los próximos JJOO. Así pues, aquello que prioritariamente estábamos dispuestos a poner en Madrid 2020 puede reconvertirse en medios y apoyos del sector público y privado, con incentivos, para fortalecer la carrera profesional de los atletas de este país.

Los medios de comunicación y las redes sociales han contado con todo tipo de detalles las razones por las que, partiendo como favoritos, no hemos sido capaces de pasar el primer corte. La verdad habría que preguntarselo a cada uno de los distintos miembros del Comité Olímpico Internacional. Si, efectivamente los informes eran tan favorables, ¿por qué el resultado final no coincidió con esas buenas notas?. Y que tanto había espoleado a nuestra candidatura. Parece ser que haber hecho competir Tokio y Madrid podría haber puesto en peligro el resultado de Tokio, un riesgo que determinados lobbistas no debían permitir, un riesgo que no se quería correr.

XNO OBSTANTE,x hay que tomárselo deportivamente, y aceptar el resultado, aunque sintamos que algunas decisiones fueran más interesadas que otras. A pesar de todo, yo no hago lecturas políticas o de otro tipo de consideraciones, pues el COI es una institución privada interancional con sede en Suiza, y no califica países, otorga JJOO. Y desde luego las famosas preguntas recurrentes siempre en torno al dopaje entiendo que son excusas y no argumentos; y más cuando en este país se ha modificado toda la normativa para ajustarla a lo exigido por el COI. Y respecto al modelo de los Juegos Olímpicos la apuesta de España se centraba en el concepto de optimización de infraestructuras, pero esto no parece haber convencido. La respuesta está en Brasil, país que está en pleno proceso de privatización de las grandes infraestructuras deportivas, esencialmente por parte de empresas privadas que están haciendo su agosto, caso de empresas alemanas, holandeas, estadounidenses, entre otras.

Y ahora qué toca. Desde luego lo que toca ahora es reformular esas inversiones en favor del deportista. Esto es, trazar un plan económico, con implicación de lo público y privado, para fortalecer la base del deporte de nuestro pais. Hay que ir rompiendo el viejo modelo del deporte en España basado en la excepcionalidad de algunos, frente a la generalidad que no hace o practica poco deporte. En este pais podemos presumir de muchas instalaciones deportivas, muy infrautilizadas por falta de profesionales que las optimicen. No todo es fútbol. Y aún más, si observamos la diferencia existente aún en relación a la profesionalidad entre deportistas hombres y mujeres, una brecha que sigue siendo grande. Un dato: en este pais no existen ligas profesionales femeninas.

Todo el esfuerzo empleado en su conjunto por las administraciones públicas y las instituciones deportivas de este país debiera ir ahora a proveer al deporte de los medios para cristalizar el potencial existente en nuestro país. Porque no ser país organizador de unos juegos olímpicos no quiere decir dejar a nuestros deportistas a su suerte, y renunciar al trabajo de los mismos para conseguir medallas. Este debe seguir siendo el reto principal, y este debe ser el espíritu deportivo cuidar a los verdaderos protagonistas del movimiento olímpico. Observando la escasa presencia de deportistas en activo una entiende algunas de las decisiones del COI. Al final no se trata de una elección, sino de una designación, esto es, quién da más.

Los juegos olímpicos siguen siendo el mejor y más mediático escaparate del deporte a nivel mundial. Y a esto pocos países se resisten. Los juegos modernos han ido evolucionando pasando del centro del deportista al centro del deporte, aderezados por las grandes marcas y sponsors que negocian y obtienen importantes beneficios a costa del esfuerzo y el reto del deportista.