TLtos negacionistas refutan el Holocausto, pretenden que no existió el exterminio sistemático de judíos en Alemania. Siembran dudas y preguntas de imposible respuesta, presentándose como revisionistas de la historia que afirman manipulada. Las democracias los persiguen sobre todo por el insulto que significa su posición hacia las víctimas. Tienen la osadía de pretender una pátina científica en sus elucubraciones. En España se ha instalado el negacionismo de nuestra propia historia. Se ha extendido como práctica política que permite refutar la evidencia cuando no se acomoda a las pretensiones de la derecha más recalcitrante. Niegan la ilegitimidad del golpe militar del general Franco y el carácter diabólico de la dictadura. Jaime Mayor Oreja aprecia un estado de placidez en el franquismo que le permite evitar su condena, mientras una pléyade de supuestos historiadores reescriben lo ocurrido en la guerra civil y en la dictadura, equiparando el bando de los vencedores al de los vencidos. La transición ha sido revisada por José María Aznar , que se ha constituido en referencia pseudointelectual para manipular nuestra democracia. Abusan de la libertad de expresión con una tecnología aplastante de repetición. Su fuerza está en su desparpajo. Ahora, tras la sentencia del 11-M, los negacionistas evitan acatarla y predican la búsqueda de autores intelectuales --una categoría jurídica inexistente-- para plantear las investigaciones como una dinámica abierta, sin final, que les permitirá siempre negar cualquier certidumbre en búsqueda de la que se acomode a sus pretensiones. No hay dialéctica posible con los negacionistas porque en su esencia está evitar cualquier compromiso intelectual. El negacionismo se combate evitando su difusión, porque una mentira suficientemente repetida en la radio episcopal o en El Mundo termina por cooptar feligreses. No podemos evitar que los negacionistas existan, pero no parece conveniente convertirlos en estrellas mediáticas de la televisión socialista. El presidente Rodríguez Zapatero sabrá por qué les sigue dando tanta cobertura.