LA MUERTE DE BIN LADEN

No es el qué,es el cómo

Ignacio Caballero Botica

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A ver si lo entiendo. Ejecutar a un sospechoso que va desarmado y tirar su cuerpo al mar deprisa y corriendo, es motivo de felicitaciones por parte de todos los gobiernos democráticos occidentales e incluso de los partidos en la oposición de esos países.

Concretamente en el nuestro, los mismos que denostaron la guerra sucia y llevan meses pidiendo dimisiones por faisanes y diretes, se congratulan por la ejecución del acólito del diablo en un formato que podríamos llamar juicio express abreviado de pocas palabras .

Todo esto, la semana después de que fueran destapadas las torturas a menores, deficientes mentales e inocentes en general en una cárcel llamada Guantánamo, que es el buque insignia que deslegitima a todos aquellos que hablan de libertad, democracia y estado de Derecho.

Toda una lección de cortinas de humo que me confirman una vez más, que el terrorismo da una cantidad ingente de votos a la que nuestros gobernantes presentes y futuros, no están dispuestos a renunciar... aunque a nosotros nos cueste la vida. Que lo hará.

POLITICA

Laicismo y religiosidad

José Abad Nicolás

Correo electrónico

Desearía tranquilizar al Santo Padre por su preocupación ante la creciente laicidad en España. Precisamente es un Estado laico el que garantiza el derecho a que cada ciudadano profese la religión que desee. En cualquier caso, como me gusta ayudar al prójimo, aun siendo ateo, me permito humildemente ofrecer unos consejos para evitar el aumento de la laicidad.

Es indispensable que la Iglesia se autofinancie, con cuotas o, como en Alemania, con una cantidad de la nómina.

Cada uno que se costee sus creencias. La Iglesia católica recibe del Estado más de 6.000 millones de euros al año y no tiene que rendir cuentas. Contrata y despide profesores cuyo sueldo paga el Estado, dispone de una casilla en la declaración de la Renta, exenciones fiscales, donación de solares, bienes inmuebles. Privilegios que serían impensables para otras religiones. La Iglesia no debería dificultar apostatar porque no se puede obligar a nadie a ser católico. Los casos de pederastia y abusos sexuales dentro de la Iglesia deben resolverse en los juzgados, no se pueden ocultar.

Es necesario que la religión no invada el ámbito público. Ya saben, capillas en hospitales y universidades, capellanes militares, cofradías que indultan presos, corporaciones municipales, policía y ejército en celebraciones religiosas... La Iglesia ha promovido manifestaciones contra el matrimonio de homosexuales. En vez de intentar quitar derechos, se acercaría más al pueblo si saliera a la calle a clamar contra la injusticia social, aquello de ayudar a los oprimidos y a los pobres que predicaba Jesucristo y que hoy la Iglesia tiene tan olvidado.

COMUNICACION

Fe de errores

El Ciclo de Conferencias Ilustradas de Flamenco que organiza el Centro Extremeño de Flamenco lo abrió Federico Vázquez y no Francisco Zambrano como por error publicamos en la edición de ayer.