El Consejo de Ministros aprobó ayer un decreto de ayudas por importe de 24 millones de euros para hacer frente a los daños ocasionados por los incendios de este verano en Extremadura. Tres meses después de los sucesos que asolaron tres comarcas y que dejaron arrasadas amplias zonas de la dehesa, llega un decreto que es bien recibido por todos pero que ha tardado mucho en concretarse. La respuesta del Gobierno central a aquellos acontecimientos se antoja tardía, ya que la capacidad de reacción ante cualquier desgracia es siempre fundamental para aliviar sus efectos. En el aire aún resuenan las voces que pedían la declaración de zona catastrófica para estos parajes, algo que, realmente, hubiera acelerado la respuesta de la Administración.

El decreto del Ejecutivo vendrá a complementar las ayudas que ya el Gobierno extremeño puso en marcha en septiembre, inmediatamente después de hacer la valoración de los daños ocasionados por el fuego. Sin duda, estas acciones posibilitarán la recuperación de estas zonas, la generación de puestos de trabajo, a través de fondos especiales del Aepsa o el relanzamiento de estos enclaves para su desarrollo turístico, tanto a través de beneficios fiscales como ayudas para la financiación de infraestructuras locales.