El que hayan quedado sin cubrir más de 300 plazas de las ofertadas en las escuelas deportivas de Cáceres es un asunto preocupante. Al margen de si ha funcionado o no la fórmula para inscribirse, la sociedad no se puede permitir que sus jóvenes no practiquen algún tipo de deporte. Hay que motivarles como sea para que se alejen de las videoconsolas y de la televisión durante unas horas y se relacionen son sus semejantes haciendo ejercicio físico. Es por su bien.