L a sanidad no ha pasado por un buen año en nuestra comunidad autónoma y mucho peor ha sido este último mes negro, cuando los resultados de la mala planificación, desorganización y pésima gestión de las plantillas sanitarias --jornadas de trabajo excesivas, sobrecarga por falta de contrataciones, denegación de los días de libranza-- han comenzado a dar la cara.

Antes de este puente de diciembre ya denunciaron los profesionales y sindicatos que los hospitales, salvo urgencias, estarían cerrados como consecuencia de la obligación impuesta de librar en esos días, sin posibilidad de sustituirles. El motivo lo adelantó el propio presidente de la Junta al achacar una mala financiación del Servicio Extremeño de Salud y la necesidad de ahorrar.

Sin embargo, con posterioridad, el consejero y su diputado del PSOE dijeron que era falso. El tiempo da o quita razones. Hemos podido ver fotografías de salas y salas vacías porque los hospitales habían interrumpido su actividad; no sólo de consultas externas, también de laboratorio, pruebas diagnósticas, quirófanos, etcétera. A ello le sumamos que seis quirófanos del hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres han tenido que cerrar por una plaga de moscas, en la que se han visto obligados a fumigar y reprogramar todas las operaciones previstas hasta el domingo 9, estando cerrado todo el puente; y que hay tuberías que han inundado la planta de neumología del hospital Infanta Cristina de Badajoz. Llueve sobre mojado. No ha sido esta una semana propicia para ponerse enfermo.

El problema es que tampoco podemos decir que sean hechos puntuales, puesto que son ya varios los meses en los que juntas de personal y sindicatos vienen exponiendo su malestar en las áreas de salud de Badajoz, Cáceres, Mérida y Plasencia. Y también hace un tiempo que venimos advirtiendo que la forma de gestionar no defiende el interés del pueblo de extremeño, en el día a día y ante decisiones que no deberían admitir matices políticos, sino únicamente jurídicos. Recordarán, por ejemplo, el allanamiento de la Junta de Extremadura --no recurrir la sentencia-- sobre la ubicación del hospital Don Benito-Villanueva para favorecer así los intereses del alcalde socialista de Villanueva. Recordarán la decisión de no recurrir la sentencia sobre el increíble examen de la señora Mejuto.

Y esta semana habrán visto que ante una sentencia de la «que desconocían su contenido», la de las obras del hospital de Cáceres, han «tomado la decisión política de no recurrir». Esta irresponsabilidad va a suponer 5 millones de euros a las arcas públicas. Me pregunto si los sacarán de seguir cerrando hospitales, o de seguir reduciendo la plantilla sanitaria --300 profesionales han sido despedidos--. Me pregunto cómo es posible que ante el cierre de unas horas de los PAC se animara a la movilización, y ahora sean esos mismos quienes tomen este tipo de medidas drásticas sin precedentes. Seguro que sois muchos más quienes os lo preguntáis. Y seguro que conocéis la respuesta.

* Diseñadora gráfica y diputada del PP