TSti alguien no lo remedia un manojito de hojas mojadas es lo que ustedes y yo tendremos en nuestras manos en cuestión de meses; por si no lo ha pillado, me refiero al programa electoral que ya empieza a hervir en los fogones de las sedes políticas... claro está, si es que algún partido queda en pie de aquí a poco menos de dos años. Manojito de lechuga por aquello de estar aún verde la cuestión, pero no crean, me cuentan que una avanzadilla de ilustrados militantes, principalmente de los dos grandes partidos, calienta ya banquillo en la sombra para ir tensando músculo ante la avalancha de indiferencia que se les avecina.

Mal que les pese, la maquinaria electoral se va desperezando lentamente como si le costara despertar del sueño pegajoso en el que ha vivido inmersa estos dos interminables años y saldrá de entre las sábanas una vez pasada la Semana Santa. El horno está dispuesto a un precalentamiento de 200 grados para acoger a la gran masa electoral, eufórica por hablar, espolvoreada por la levadura de un cabreo sustancial, una masa enfurecida que acumula cáscaras de limón a rabiar y montañas de harina pasada por el tamiz del buen criterio. Es decir, que la masa no va a entrar al horno así como así, irá bien amasada y hará buen pan.

Es por esta razón por la que se ha dado la voz de "alarma" a la fiel militancia de turno para que una vez cerrada la sacristía, acudan en masa a las desoladas sedes de los respectivos partidos. La familia os necesita, se oye decir por los pasillos desangelados en una especie de eco maldito a punto de llegar con estos pelos al ecuador de la Legislatura. Se intenta suscitar en la mustia militancia un poco de fervor pero de momento las llamadas caen en saco roto. ¿Pereza, indiferencia? Demasiado pronto dicen algunos para levantar la carpa del circo electoral, paciencia, lo mejor aún está por llegar... o no... Lo cierto es que toca ir pensando en los eslóganes de campaña, toca ir diseñando la imagen que se quiere ofrecer de los candidatos y el esplendor de la palabra justa para prender de nuevo el chispazo entre los militantes. Amados ellos...

XENTREx esa masa de votantes incondicionales tendrán que repescar los partidos las papeletas del éxito o el exilio, les va la vida en ello y el manojito de hojas mojadas ya no les va a servir de escudo protector. Antes de la llegada de Angela a nuestras vidas de ceniza, el programa electoral era la Biblia que cada partido político exhibía en el altar mayor de su propaganda, ahora se contempla harto improbable que venga un candidato a rezarnos el rosario de sus promesas. Por otro lado se adivinan tempestades en la sumisa y paciente militancia de base, fatigada de hambrunas físicas y espirituales; que se vayan olvidando los obreros de la colmena de recaudar agasajos de miel para la reina del panal porque ahora todos quieren saborear un poco de ese rastro de gotas doradas almacenadas y durmientes en paraísos fiscales.

Nada será igual en el naciente período electoral que cuajará con el despuntar de abril. La oxidada maquinaria de hacer promesas de los partidos políticos no sirve ni para estar escondida en el sótano de cachivaches viejos, pertenece a la prehistoria y si a usted se la cuelan, allá con su bolsillo y su conciencia. Aún es pronto para ver sacar en procesión la cara de los candidatos, pero llegará el día en que embadurnen paredes y farolas; aún es pronto para escuchar sus voces mendigando votos por las calles, pero llegará el día en que la caravana en formación de tropa desfile por los pueblos momificados sacando pecho y sin pedir perdón por haber pisoteado la palabra "compromiso".

Llegará el día y lo veremos con estupefacción, con la amnesia que provoca el tonteo de un amor pasajero, veremos languidecer el proverbial cabreo que asola hoy nuestras vidas y asomará en nosotros la cándida contumacia del perdón; llegará el día en que de nuevo el candidato revestido de líder tocará la espina dorsal de nuestro corazón ausente y se meterá en el bolsillo además de un voto, un seguro de vida para él y los suyos mientras usted y su familia volverán al patio trasero de España, a seguir haciendo cola por pardillo, confiado y fiel cumplidor con una causa imaginaria.

Se vislumbra ya ese día, escuche el murmullo amenazante en las pantallas de televisión donde arreciará el aluvión de políticos en pose electoral, dulcificados por la certera mano de áulicos asesores, llegará el día y veremos la gran mentira de cartón piedra que rodea los supuestos debates "cara a cara", resultado de la mediocre sociedad a la que supuestamente van dirigidos. Amados todos ellos... no pierdan detalle del guiñol que se está organizando en los alrededores de las desamparadas sedes vacantes de los partidos. No sean ilusos y afinen el oído para cuando entonen los primeros cantos de sirena. No se dejen llevar por el arrebato. Miren primero a los ojos del candidato, luego, más abajo, entre sus manos y verán un manojito de hojas mojadas.

*La autora es periodista