Supongo que usted ya se habrá enterado de que el día 9 de marzo elegiremos a los políticos que durante los cuatro años siguientes elucubrarán para que transcurrido este tiempo usted les vuelva a votar y sigan otros cuatro. ¿Qué tendrán los silloncitos oficiales que tanto seducen?

Le queda aún un mes para reflexionar su voto. Puede que usted sea un perpetuo votante del mismo partido desde que votó la primera vez y no lo cambiaría aunque un gobierno gestionado por este partido le tuviera a pan y agua durante cuatro años. Si es así, puede dejar de leer este artículo, porque perderá el tiempo. Sin embargo, si es usted un votante reflexivo y desconfiado, que no se casaría ni con Alicia Koplovich hasta que viera el estado de su cuenta corriente, o pasara tres días encerrado en su caja fuerte, quizá le sea de ayuda este manual que le aconseja cómo utilizar su voto.

Primero, debe usted saber que PSOE y PP --los partidos candidatos que hasta ahora han gobernado--, son tan solo dos siglas. Que detrás del PSOE hay socialistas convencidos y practicantes, y socialistas arrimaos o de salón. También debe usted saber que el PP --Partido Popular-- tiene un nombre engañoso, porque popular es sinónimo de público, y este partido prefiere hacer privado lo público, los precios privados a los precios populares, los bailes de salón en club privados a las verbenas populares, y la enseñanza privada a la enseñanza pública o popular.

Segundo, haga memoria y se dará cuenta de que algunos políticos cuando yerran o mienten, y se les pilla, dimiten. En cambio, otros se meten las manos en los bolsillos y silban, luego se sientan en su sillón oficial y se relajan colocando los pies sobre su mesa de despacho, a lo Groucho Marx . Los hay que se dirigen a la iglesia más cercana, se confiesan y se dan por perdonados, así evitan tener que dimitir.

Tercero, tire de hemeroteca y compare promesas electorales cumplidas e incumplidas por los partidos que han gobernado con anterioridad.

Cuarto, vote conforme a sus propios intereses y no se deje llevar por lo que le aconsejen terceras personas o instituciones, porque estos defienden los suyos.

Quinto, hago mío un verso de Serrat : "La gente va muy bien para hacer la ola. Amén". menez.mifotoblog.com

*Pintor