La señora Gil Rosiña, portavoz de la Junta de Extremadura, niega la mayor. No cree en la premisa de que nuestros jóvenes se van de Extremadura, para ella y para la Junta parece que es una «leyenda urbana».

Los que sí creen que tenemos un verdadero y grave problema son los autores del estudio ‘Extremadura, un fututo sin jóvenes sin futuro’. Investigadores de la Universidad de Zaragoza y de la de Extremadura nos advierten: al ritmo que llevamos, en el año 2020 solo habrá 200.000 jóvenes en nuestra región, y esto es un umbral crítico que debe generar una respuesta inmediata, urgente.

El investigador lo compara con un coche cuyo depósito de combustible ha llegado a la reserva, o se hace algo o dentro de 40 años no habrá jóvenes en nuestra región y eso será nuestra agonía, porque les guste o no, la despoblación no desaparecerá negándola.

En el informe se leen conclusiones como que más del 84% de los municipios extremeños han perdido población entre 2000 y 2018 y que perdemos 4.400 jóvenes al año de entre 12 y 30 años. Estos se quedan habitualmente en las comunidades autónomas en las que estudian, es decir, se trata de una emigración inter-autonómica que registra un continuo ascenso porque Extremadura tiene una capacidad de atracción para los jóvenes menor que otras comunidades. Y son, además, jóvenes cualificados que buscan fuera empleo de calidad y estable porque aquí no lo encuentran.

Pero eso sigue sin parecerle un problema al señor Vara que cuando tuvo la oportunidad de integrarse en el grupo de Presidentes de Comunidades Autónomas, tanto del PP como del PSOE, para dar visibilidad al problema y unirse frente a este reto del despoblamiento, no lo hizo.

Galicia, Castilla y León, Aragón y Asturias, son comunidades que comparten con nuestra región esta lacra. De hecho, dentro del ranking de las regiones con mayor proporción de municipios de menos de mil habitantes que pierden población, nos situamos en tercer lugar después de Castilla y León y de Asturias, pero es innegable que al menos ellos tienen conciencia real de la dimensión del problema.

La Junta de Extremadura negará la mayor, no reconocerá el problema de la despoblación o no le importará, pero corremos el riesgo, a este paso, de convertirnos en un gran desierto demográfico.

*Ingeniera agrícola y diputada del PP.