Las siamesas iranís que se sometieron a una operación para separarse ya no están en este mundo. Pero sigue la polémica generada por su intervención. En contra de su idoneidad se pronuncia el periodista José Manuel Vidal, en El Mundo, quien critica todo lo que la rodeó: "Los medios de comunicación de la sociedad del espectáculo picaron de inmediato el anzuelo. ¡Un auténtico circo!". José Luis Serna, subdirector de El Mundo, cree rebatibles las críticas al "circo mediático": "Siempre será mejor que existan la luz y los taquígrafos, que el oscurantismo que tienen en medicina muchos fallos estrepitosos cometidos por supuestos profesionales a los que debería retirárseles el título, si es que lo tienen".

En Abc, César Nombela, catedrático de Microbiología de la Complutense, sólo halla una respuesta al debate sobre la frontera ética de la medicina: "Se plantean situaciones de controversia, como si la aplicación de los códigos (éticos) a la práctica de la medicina y la investigación no tuviera una opción inequívoca".

Pero para Josep Egozcue, catedrático de Biología Celular, no es necesario disociar la ética de la ciencia, y así lo explica, también en Abc: "La ética evoluciona, va acorde con el progreso y el sentir social. La verdadera ética que se aplica en cada momento histórico es la que se basa en el conocimiento, la objetividad, el sentido común, la ausencia de creencias irracionales, la libertad individual y el respeto al prójimo. Y para cualquier médico o científico honrado, la línea fronteriza es muy fácilmente discernible". Ciencia y ética, otras siamesas difícilmente separables.