Diario de una ninfómana no es sólo un título oportunista sino, a juicio de la crítica, un buen texto en el que Valerie Tasso narra su adicción. Entrevistada en El Mundo, esta francesa que lleva 12 años en España habla del amor: "Hay mucha gente que no ama por miedo al sufrimiento. De hecho, el amor es una alteración violentísima, no es un estado natural, de modo que cuando te enamoras pierdes el apetito, te vuelves indolente hacia ciertas cosas". Sobre el título admite: "Sabía que la gente podía dudar si comprarlo, pero que cuando me escuchara, cuando oyera mi historia --en radios y televisiones-- y supiera el porqué, el cómo, el cuándo, se iba a acercar más a él". De los españoles dice: "Cuando llegué a España percibí enseguida esa mirada que toca, que desnuda, quizá porque era nueva y me extrañaba muchísimo, pero a todo, desgraciadamente, nos acostumbramos y ahora la percibo menos". Y sentencia: "También hay quien sólo mira porque tiene miedo a su propia sexualidad".

Puestos a mirar, tampoco le parece mal a Miriam Díaz-Aroca, entrevistada en La Razón. "Hay que desnudarse por dentro, dejar de mentir", recomienda. Preguntada sobre en qué se basa la felicidad de la mujer, explica: "En sentirse plena y no depender de varón para ello". ¿También en verano? Pues menos: "En verano prefiero un poco de pareja, un poco de familia y un poco de soledad". Hasta que llega la hora de preguntar, también, si siente la misma sensación que Tasso ante las miradas, o las devuelve: "No miro los culos con disimulo. Los miro con descaro".