Historiador

Existe una tendencia, acentuada día a día, por parte de los responsables municipales del PP muy curiosa: quieren colgarse medallas a costa de inversiones de la Junta en sus municipios, al tiempo que le dan una coz a los responsables autonómicos. En esto, el Ayuntamiento de Badajoz se lleva la palma. Su alcalde, y presidente provincial del PP, es un maestro en el arte de hacer que paguen otros, presumir de ejecución de proyectos y escupir sobre la mano que firma las actuaciones desde la Junta de Extremadura.

Tanto en ejecuciones urbanísticas, infraestructurales, deportivas, de ocio, cultura, o cualquier otro cometido, están prontos a exigir del Gobierno Autonómico su participación, financiación y mantenimiento, al tiempo que gritan ante todo el mundo que el PSOE en el gobierno regional discrimina a los de distinto signo político, que los sufren desde las administraciones locales . Pero que esto se haga desde poblaciones como Badajoz, donde la inversión presupuestaria regional supera por goleada al juego de migajas del gobierno local, resulta cuando menos una tomadura de pelo. En política, como en la vida misma, hay que saber reconocer el apoyo que te presta el oponente. Exigir, pero mantener la cortesía. Exponer sin exabruptos. Buscar acercamientos sin desplantes demagógicos. Reconocer los méritos del contrario. Pedir a la Junta, sí. Pero no falsear el esfuerzo que cada uno hace por el beneficio de la ciudadanía a la que trapaceramente se pretende engañar. Sólo el sentido de la responsabilidad y una capacidad de aguante a prueba de misiles puede pasar por alto la continua grosería y la falta de asunción de responsabilidades para continuar velando porque, a pesar del negativismo, los asuntos públicos funcionen con rigor y seriedad.