Miguel Serón trabaja de camarero en un restaurante-bar donde se sirven unos buñuelos riquísimos de bacalao que procede de la pescadería de Rafa Gil . Miguel tiene un coche nuevo que compró en el concesionario de Lorenzo , un asiduo cliente del bar que sabe contar los chistes como nadie y además es del Madrid, como él. Algunas veces se han animado y han viajado con la peña del Real Madrid a ver algún partido de la Champions. La peña suele contratar un autobús que conduce Paco Vaz , conocido culé incondicional desde los tiempos de Cruyff , al que los madridistas amargan el viaje de vuelta cuando ganan.

Laurita Cano hace la limpieza diaria en el concesionario de Lorenzo y compra los productos en la droguería de su amiga Marifé , a la que le encantan los boquerones frescos que vende Rafa Gil. Lorenzo se queja constantemente de la bajada de ventas de automóviles por culpa de la crisis. Laurita sabe que Lorenzo prescindirá de ella si las ventas no mejoran. Miguel Serón también teme quedarse sin trabajo porque Lorenzo y muchos clientes han disminuido considerablemente su gasto en el bar.

Rafa Gil tenía pensado comprar un coche nuevo a Lorenzo, pero con la bajada de ventas en la pescadería lo ha pospuesto. Marifé teme que Lorenzo despida a Laurita, porque sabe que perderá una buena clienta. Otra más. A Paco Vaz tampoco le van las cosas como quisiera, ya que los madridistas y demás futboleros están por el ahorro, no viajan y animan a su equipo por la televisión.

La sicosis del ahorro está sirviendo de alimento a la crisis, la mayoría de los españoles que seguimos conservando el empleo y todavía no hemos perdido demasiado poder adquisitivo, ahorramos más de lo necesario temerosos del futuro. Eso implica que circule menos del que debiera del bar al concesionario de automóviles, del concesionario de automóviles a la droguería, de la droguería a la pescadería, de la pescadería al bar. Ahorrar en exceso es mala inversión para el pequeño negocio, y buen negocio para esta gran crisis.