El 3 de diciembre de 1953 --hace ahora 63 años-- el Gobierno de Franco publicó la Ley de fincas manifiestamente mejorables, que estuvo vigente hasta 1971, en la que se sustituyó por la Ley de comarcas y fincas mejorables, que, a su vez, fue sustituida, ya en los albores de la Democracia, por un gobierno de la UCD, por la Ley sobre calificación de fincas rústicas como manifiestamente mejorables. Obsérvese cómo cada reforma supone un alargamiento de título. La ley siempre ha sido observada con escepticismo por los economistas de cualquier ideología, pongamos que nos referimos a Ramón Tamames , debido a que sus frutos nunca fueron deslumbrantes, ni dignos de ejemplo.

Ahora, personas pertenecientes al amplio Gremio de Asadores de Manteca, han descubierto que aplicando una norma semejante a los pisos se va a terminar con el problema de la vivienda, y se han puesto a trabajar con el entusiasmo temible de los que piensan que han descubierto un nuevo elixir.

Por un lado, te animan a comprar un piso y te desgravan fiscalmente, y, por otro, te lo quitan y se lo alquilan a un recomendado. Eso sí, la creación del Cuerpo de Inspectores de Pisos Vacíos va a proporcionar numerosos puestos de trabajo. Constatar que un piso está vacío lleva su tiempo. En España hay tres millones de pisos vacíos. ¿Cuántos inspectores harán falta para el censo? ¿Y veedores? ¿Y registradores, delatores, cobradores de alquiler, economistas, sociólogos? Esto va a ser un chollo para colocar parados. Solbes ha dicho que grabar los pisos vacíos es un procedimiento que, por su complejidad, producirá más pérdidas que ganancias, pero en el Gremio de Asadores de Manteca no se arredran. Ni por el Artículo 33 de la Constitución que reconoce el derecho a la propiedad y a la herencia. Ya se sabe que hay muchas, muchísimas inteligencias, manifiestamente mejorables.

*Periodista