Comienza el curso escolar, y como antaño, la rueda de prensa inaugural viene con trampa digital, las pizarras. Recuerdo como se criticaba por los actuales, no hace muchos años, el empeño del anterior equipo de gobierno por dedicar gran parte de sus presupuestos a las nuevas tecnologías cuando existían otras necesidades.

La apuesta por las TIC es loable, no lo duda nadie, y si no fuera por el recorte presupuestario a los centros de un 30%, que sumado al del 20 del curso anterior, suman un total del 50% en dos años, hasta yo mismo lo aplaudiría, pero la realidad es que las situaciones en los centros pueden derivar en el surrealismo.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que las pizarras necesitan un mantenimiento y que en el caso de que hubiera que reparar alguna, y dependiendo del centro y la dotación, pudiera ser que más de la mitad del presupuesto asignado vaya a tal fin, puesto que sin dinero para tizas o fotocopias, nuestros alumnos van a tener que salir al campo a aprender de la naturaleza, con un maestro que como Sócrates , utilice la mayeútica, un palo y arcilla.

No voy a ser reiterativo sobre la priorización de las necesidades básicas de centros y alumnos pero me llama la atención con la que está cayendo que mientras Canarias anuncia desayunos a coste 0 a todos los alumnos en enseñanzas obligatorias, nosotros anunciemos que se podrá estudiar la importancia del desayuno a través de una pantalla, incluso podremos tocar la magdalena.

Nuestra Educación necesita de muchas cosas, no lo dudo, pero lo primero es cuidar del entorno escolar y del ambiente educativo del centro para que nuestros alumnos estén cómodos y se sientan a gusto, algo incompatible con un recorte del 50 por ciento en dos años por mucha maravilla tecnológica que nos pongan delante, una especie de dame pan y llámame tonto trasladado al tema que nos ocupa.

Y sí, esto último es una demagogia pero empezaron ellos.