Soy un acompañante de enfermo de diálisis que, tres días por semana, viaja desde Serradilla a Cáceres hasta el hospital. En el mismo transporte y con el mismo problema, viajan enfermos y familiares de Torrejón el Rubio. No es posible que en páginas de este periódico la Junta publicitara, sin ningún pudor, que se ha convertido Extremadura en un territorio accesible. En lo que respecta a Serradilla, esta declaración no es cierta, porque viajamos por caminos de cabras, por llamarlo de alguna manera, pero en ningún caso, una carretera. Cualquiera de las carreteras de acceso a Serradilla tienen el mismo sello de abandono: la que une Casas de Millán es tal cual si pasáramos sobre una dehesa arada, y la de los riberos del Tajo, desde el 27 de abril de 1935, fecha de su inauguración, no ha tenido ninguna mejora. El centro de salud de Serradilla lo es también para los vecinos de Torrejón el Rubio y, sinceramente, no comprendemos cómo pueden desplazarse para rehabilitación, porque deben volver peor que llegaron.

Cuando se habla de una mejora y calidad de la sanidad, ¿alguien piensa en los enfermos? ANA M. P. FERNANDEZ Serradilla