WEwste periódico ha dedicado espacio en los últimos días a informar sobre el desfase habido en los últimos años entre las inversiones presupuestadas por el Gobierno regional y las efectivamente hechas. La cifra de esa diferencia no es precisamente calderilla: 630 millones de euros --más de cien mil millones de pesetas--, de tal manera que entre unos años y otros, el incumplimiento en las inversiones ha alcanzado al 23% de lo previsto. El incumplimiento, además, ha sido sistemático, no cosa de un año o de dos: desde 1999 hasta el 2004, ambos inclusive, entre lo comprometido y lo hecho ha habido un desfase, en el mejor de los casos, no menor al 19%. Se trata de datos oficiales, cuya fuente es la Intervención General de la Junta, es decir, el organismo que se encarga de fiscalizar el gasto. Parte de esa diferencia es sin duda achacable a que la realidad es imprevisible, y contra lo que estaba comprometido muchas veces juegan multitud de circunstancias sobrevenidas y ajenas a la voluntad de los gestores, pero esa objeción no borra la impresión de que los presupuestos --que son una ley-- estén confeccionados con rigor escaso, y el hecho de que, en concreto, las inversiones en vivienda tengan un desfase en este periodo nada menos que del 37% lo corrobora.