Soy de izquierdas, sin demasiados principios más que los básicos. Hoy, casi que me conformo, y ojalá se cumplieran, con esos principios de la Revolución Francesa de libertad, igualdad y fraternidad. Pero mi pregunta es: ¿Dónde está la E de ERC? Porque decir no al preacuerdo de Gobierno de PSOE y Unidas Podemos no parece muy de izquierdas; o más bien parece que les diese igual un Gobierno de PP, Vox y compañía, o de PP y PSOE. Lo que sería propio de un partido de derechas, y sobraría esa E. Entiendo que los partidos de derecha catalanes, como JxCat o PDECat, puedan preferir incluso un Gobierno de la derecha española. Pero, ¿ERC dudando? Lo que hace el nacionalismo cuando se superpone o se entrelaza con las ideas de izquierdas: barbaridades nacionales. Lo de la CUP es harina de otro costal. Van de antisistemas y en realidad lo apuntalan de la mano de Puigdemont y Torra. ¡Qué diferencia de lo que hizo una auténtica antisistema, Federica Montseny, cuando fue necesario que fuera ministra en un gobierno del sistema, pero democrático y en peligro. Porque, en ocasiones, en política, lo primero es lo urgente y lo secundario es lo siguiente. Y nadie en su sano juicio político puede pensar que lo urgente hoy sea la independencia de Cataluña, por delante de las urgencias sociales, económicas y globales, por cierto, incluidas en el preacuerdo firmado por Sánchez e Iglesias. Una quimera que solo ha favorecido el auge y asentamiento parlamentario de Vox en España y en Cataluña.

TRAS LAS ELECCIONES

La huida de Rivera

Javier Fernández

Mataró

Después de los resultados del 10-N, Albert Rivera ha decidido dimitir y huir del gran problema que se le presentaba a Cs. Con tan solo 10 escaños, su papel en el Congreso quedaba relegado y su participación era secundaria en cualquier gobierno que se formase. Ante esta situación, Rivera se veía inmerso en un escenario de difícil resolución. Se había formado como centro, tiró a la izquierda en un principio y aprovechando la coyuntura catalana se torció hacia el otro lado. El (obvio) pacto de izquierdas que se ha producido ha dejado a Cs con el compromiso de decidir. Tras el batacazo de las elecciones, o continúa dando bandazos o se posiciona con la izquierda para que esta pueda gobernar.

‘Pacto a la valeriana’

Manuel Alfonso Rincón

Sevilla

Mi más sincera felicitación, excelentísimo Pedro Sánchez. Ya me lo decía mi abuela: «Como la valeriana no hay nada para dormir a pierna suelta». Por más que tenga su excelencia a determinado colega a su vera en la mesa del Consejo de Ministros, usted mismo lo ha comprobado. Hace un mes escaso, imposible pegar un ojo, pero han bastado unas generosas dosis de tan preciada y prehistórica planta (puro referente sostenible del regreso a lo más anquilosado de nuestras ideologías decimonónicas) para asegurarnos el futuro, al menos para cuatro años. Feliz ‘pacto a la valeriana’, pues, excelentísimo señor Pedro Sánchez. Su seguro servidor.

El ascenso de Vox

Victoriano Sánchez

La Palma

¿Qué factores han influido en el ascenso de Vox? El principal motivo ha sido el fracaso de la política. La estrategia de Pedro Sánchez con la repetición electoral nos pasará factura al convertir el día a día en una situación, a priori, de más bloqueo y desasosiego. No olvidemos que se ha dejado por el camino tres escaños de representación en el Parlamento. En segundo lugar, la situación de ingobernabilidad de la presidencia en funciones. Y en tercer lugar, lo que se está cociendo en Cataluña. Por último, los dirigentes de Vox, que han alimentado el discurso populista de sus propuestas, ensalzando los sentimientos desorbitados de las personas de todo el Estado ante las imágenes de los disturbios violentos en Barcelona. Todo ello, junto con el hartazgo de los ciudadanos, ha sido el revulsivo perfecto para que todo salte por los aires.