Después de varios años de crisis, los gobiernos europeos centran sus esfuerzos en eliminar las dudas e incertidumbres de los inversores y de los mercados sobre sus economías para rebajar la tensión causada por la crisis de la deuda y en nuestro caso, disminuir una prima de riesgo que encarece el pago del servicio de la deuda así como los costes de financiación de los bancos, y por extensión, de las empresas y de los consumidores.

En definitiva de lo que se trata es de corregir el déficit público hasta el 3% del PIB en 2013, según lo exigido por Bruselas, y de realizar una serie de reformas estructurales para aumentar la confianza de la economía española de cara a esos inversores y para salir de la difícil situación que atraviesa España al mismo tiempo que pretende reducir el nivel de endeudamiento público y privado.

Desde todos los ámbitos se han propuesto medidas tan dispares como una bajada de los salarios en la empresa privada para mejorar su competitividad anunciada por el Banco de España; no indexar salarios a inflación sino a productividad (el problema que se plantea es quién y cómo mide la productividad para que el trabajador no salga perjudicado); la creación de mini-trabajos con unos sueldos bajos de 400 euros al mes desde la UE y CEOE; el recorte del sueldo a los funcionarios así como la posibilidad que su despido sea más fácil bajo la figura del ERE por parte de la CEOE o la creación de un banco malo que absorba todos los activos tóxicos de los bancos en apuros para que se reestructuren.

XLA ECONOMIAx española se encuentra en una situación delicada con una de las tasas de paro más elevadas de la UE --casi 5 millones de parados según la EPA--, con síntomas claros de entrada en recesión en 2012 según estimaciones del BCE y con una menor accesibilidad al crédito que hace que cada día veamos más tiendas cerradas en las ciudades. Según la Confederación Española de Comercio (CEC) más de 37.000 comercios cerrarán en 2011 como consecuencia de la caída del consumo. Pese a todo esto, la situación parece no ser tan mala para la banca: la Asociación Española de la Banca (AEB) anunció que los bancos españoles ganaron 9.328 millones de euros en los nueve primeros meses del año. Tampoco para las grandes empresas españolas que mediante la planificación fiscal llevan sus sedes sociales fuera de España, para eludir lícitamente el pago de impuestos y de esta forma minimizar el coste fiscal y por consiguiente el pago al fisco español.

Este contexto de competencia fiscal perniciosa entre países es derivado del bajo grado de armonización fiscal en la UE con respecto a la imposición directa. Consecuencia de ello es la deslocalización de empresas y actividades. Un ejemplo: Irlanda se ha convertido en sede de muchas multinacionales, como es el caso de la tienda on-line de Zara o de Google, debido a su tipo medio del impuesto de sociedades del 12,5%, frente al tipo medio del 25% en España.

El resultado es la reducción de los ingresos fiscales en España y el traslado de la carga tributaria que deja de ingresar de las empresas hacia el ciudadano mediante el aumento de los impuestos indirectos. El aumento del IVA al 18% fue un ejemplo de ello. Y puede subir al 21%, el tipo medio general del IVA en Europa. De nuevo, el problema se traslada a los ciudadanos, que ven como su salario real disminuye, en lugar de asumir las grandes empresas su parte de responsabilidad en toda esta situación simplemente tributando en España.

Esto provoca inestabilidad política en la UE y con su traslado a la economía mediante la crisis de confianza sobre la deuda europea que estamos viviendo.

El debate sobre la armonización fiscal en Europa en la pasada cumbre de diciembre está sobre la mesa y parece que es posible que lleguemos a un acuerdo para unificar bases imponibles y tipos en el impuesto de sociedades. Al menos, Alemania y Francia lo pretenden para el 2012 y con ello quieren dar ejemplo.

Finalmente soy partidario de una reducción moderada del gasto público para evitar una caída fuerte de la demanda interna por los efectos negativos que sobre la economía podría tener y poner en marcha otras medidas como son avanzar hacia la armonización fiscal en Europa que evite la doble imposición de impuestos y la evasión fiscal, favorecer la agrupación de empresas europeas para evitar la elusión fiscal, crear unas bases fiscales más beneficiosas para las pymes que son las más perjudicadas por la crisis, crear mecanismos que reduzcan las posibilidades de la manipulación de la contabilidad y mejorar la lucha contra el fraude.

El objetivo va más allá de disminuir el déficit. A nivel nacional busca la eficiencia aumentando los ingresos en España sin subir los impuestos indirectos a los ciudadanos mientras que a nivel europeo conseguiríamos la verdadera libre circulación de mercancías sin distorsiones causadas por esta competencia fiscal perniciosa entre países para atraer empresas.

*Director Comercialde Quesos del Casar SL.