TCtada vez que respiro muero un poquito, así voy viviendo otro rato más; a la par que me oxigeno, infecto el aire emitiendo CO2 obedeciendo al punto las leyes naturales. Las otras leyes, la que nos hacemos, trato de obedecerlas con rito socrático: me creo incluso que hay que cumplir las que son injustas.

Mientras me veo vivir, se extiende la idea tendente a sustituir las leyes humanas por las que, según algunas intepretaciones, dicta la naturaleza. Esto se lo creen tanto algunos países, que han firmado el compromiso de Kioto para rebajar la emisión de gases industriales a la atmósfera. Toda nuestra UE está comprometida; por tanto, existe un grado cierto de vigilancia ambiental e industrial, tanto para corregir emisiones, como para impedirlas.

Obediente a este acuerdo libremente firmado, la señora ministra declaró hace pocos días ante el Senado que no puede pronunciarse aún por la anunciada refinería de Tierra de Barros ya que falta el estudio de impacto ambiental. Con Europa y la ministra vigilando, yo me siento tranquilo.

Ahora mismo están firmando dos grandes sindicatos, el representante de los empresarios extremeños y el jefe del Gobierno regional una declaración de apoyo para su construcción. Las tres partes firman confiadas en que responde al interés general de Extremadura.

Desde días atrás, llevo utilizando el buscador más usual de la red y me señala que para refinería en Tierra de Barros existen ya 696 entradas. Aún no me ha dado tiempo a ver todas, la inmensa mayoría se manifiestan en contra y, curiosamente, son repetitivas en el argumentario sin conocer aún el informe de impacto ambiental, con lo que caen en el mismo error que pretenden combatir. El hecho fiel de que existen refinerías altamente contaminantes, no implica que cualquiera nueva que se construya tenga que serlo en el mismo grado; ya observamos cómo se ha reducido la emisión de gases en los nuevos coches, ¿no se puede pensar lo mismo para las nuevas refinerías?

Pero hay otra vigilancia mayor y que me da más seguridad: la de los científicos. El señor Ibarra ha declarado que existe riesgo demostrado de que su instalación pone en peligro la salud de una persona, la refinería no se hace. Lleva esperando dos semanas. Yo sigo leyendo algunas cosas de Julián Simón , persona de izquierdas y antiguo miembro de Greenpeace.

*Maestro