La llegada de sus majestades de Oriente a Extremadura puso el colofón a las fiestas de Navidad. La ilusión y la magia de la noche de Reyes llegaron abordo de las vistosas carrozas de los magos y su séquito que, a pesar del frío, los niños extremeños recibieron con la emoción y el anhelo de una mañana jubilosa de Reyes.

J.M. RUBIO