Hace exactamente diez años que mi hermano volaba destino Haití. En la escala que realizaba su avión en Miami me contaba que ya sentía el aroma caribeño, las luces turquesas y el ritmo pausado del reloj. Se marchó para trabajar para una agencia de comunicación alemana. ¿El motivo? Aún lo desconozco. Tardó seis meses, el tiempo que sobrevivió en Puerto Príncipe, en asimilar todo lo que estaba viviendo. Desde el primer día el aroma empezaba a oler a rito vudú y las luces turquesas de los atardeceres se convirtieron en decorados pintados con ron barato. Las agujas del reloj ya no giraban.

Transmitía dureza cuando contactábamos con él, hablaba acompasado, con temor de que sintiésemos el miedo que estaba viviendo, pero era su trabajo. Por entonces, el bananero Aristide hacía de las suyas y baremaba el precio de una vida según se levantaba. Poco tiempo después de marcharse mi hermano a México mataron a Ricardo Ortega , cámara de Antena 3. Un precio que los reporteros nunca han sabido cotizar.

Entre este caos político y social, los haitianos han seguido recibiendo por todos los lados. Ahora, el dolor plantea un pronóstico crónico. El reciente seísmo ha reducido la mitad de la isla a un boceto daliniano. Las cifras al voleo que recibimos del desastre nos relatan lo sucedido, el resultado es un cuento tenebroso de Alan Poe y las fotos de la agencia Reuters nos vomita lo sucedido en silencio a modo de puzzle de cuerpos y edificios resquebrajados, un mapa que ha engullido a los haitianos, justamente ahora que empezaban a borrarse las huellas de dictadores y corsarios economistas.

Esta agencia, cámara en ristre, nos suele aportar las instantáneas de los crudos relatos de cualquier guerra, golpe de Estado o levantamiento popular. Reuters fundada para informar a cadenas y medios de todo el mundo, actualmente sólo ingresa el 10% del montante de su empresa con este departamento.

Paradójicamente la principal actividad de Reuters consiste en proveer información a los mercados financieros, como los valores de los tipos de interés y precios de acciones, además de ofrecer investigaciones, análisis y productos de mercadeo que permiten a los agentes la compraventa de divisas. Ese 90% puede que ahora adquiera más relevancia. Puede que ahora la información para los inversores interesados en la isla sea negativa. Puede que el criollo no se entienda ahora, el país está mudo y falto de víveres. Cuando se concreten las cifras de desaparecidos y fallecidos puede que el esfuerzo de mi hermano cobre sentido. De momento sólo el lema que reza el escudo haitiano posee algo de dignificante: "la unión hace la fuerza".