Ocurrió con la definición de síndrome de Down: la RAE hubo de suprimir el término enfermedad y sustituirlo por anomalía, cuando el propósito era eliminar de la definición cualquier referencia peyorativa, desde subnormal --que ha pasado a ser insulto-- hasta los derivados de mongol, como mongolismo o mongólico --cuyas definiciones, por cierto, remiten respectivamente a síndrome de Down y a persona que padece mongolismo, sin más--. Fue contraproducente, claro: la persona con síndrome de Down es, desde entonces, no un enfermo sino un ser anómalo, donde lo peor no es la definición de anomalía, que la RAE despacha como malformación o alteración biológica, sino los sinónimos de anómalo, que permiten que una persona con síndrome de Down pueda ser tratada como irregular o rara, pero también como anormal, deforme o aberrante. En fin.

Ocurrió con síndrome de Down y va a ocurrir con cáncer, ahora que el cáncer está a una vacuna de desaparecer, parece. Como criticaba hace unos días el académico Javier Marías , no es políticamente correcto hablar de cáncer en sentido figurado, como cuando se dice que "el terrorismo es el cáncer de la democracia", por ejemplo. Lo que criticaba Marías , entiéndase, es la corrección política. Y es que hay enfermos de cáncer que consideran ofensivo que se emplee la palabra cáncer como sinónimo de algo negativo, circunstancia que atribuyen a la tercera acepción del término, que es: "Proliferación en un grupo social de situaciones o hechos destructivos". Evidentemente, si la palabra cáncer es negativa es porque el cáncer lo es, dada su malignidad. Y no dejaría de serlo si la RAE suprimiera esa acepción, por mucho que se crea que lo que no se nombra no existe. ¿Y por qué no suprimir la acepción zodiacal, que podría ofender por trivializar la enfermedad?

Quizá se muera mejor a causa de una larga enfermedad, esa estupidez políticamente correcta. Pero lo preferible, en todo caso, es lo que dijo Francisco Umbral : Un amigo le explicaba que le habían detectado un bulto, pero que era un bulto benigno, y él le aclaró: Lo benigno es no tener bultos".