En diciembre de 2015, Wyoming discrepaba de Marta Rivera de la Cruz: "Si existe una ley de violencia de género es porque existe un delito en el que la mayor parte de las víctimas comparte una misma condición: son mujeres". Es verdad. Y hay que repetir las escalofriantes cifras: habían muerto 51 mujeres a manos de sus parejas o exparejas. Este viernes se produjo una nueva muerte presuntamente por violencia machista, y los datos de 2016 llevan camino de ser tan espeluznantes como los anteriores.

Wyoming se puso serio en un tema grave y eso le honra. Pero desconfío de sus intenciones. No me gusta que dedique su talento sarcástico exclusivamente al encenagamiento de políticos de la derecha en general y del PP en particular. Me parece sectario y cansino. El jueves, además, fui testigo, mientras zapeaba, de su habitual desprecio por María Dolores de Cospedal , ridiculizando --ustedes juzgarán la gravedad del hecho-- su corte de pelo. Es decir, su aspecto físico. Aquello de lo que tantas mujeres son víctimas. Y así como su seriedad le honraba, su incoherencia le delata.

Se define micromachismo como una práctica de violencia en la vida cotidiana que pasa desapercibida pero refleja y perpetúa las actitudes machistas y la desigualdad de la mujer respecto al hombre. Y dirán ustedes que tengo la piel muy fina si considero así el chistecito de Wyoming. Y yo les digo que no exagero. Y que ya va hartando esa izquierda que va de buena y pronuncia discursos rimbombantes y oportunistas, y luego acumula en sus prietas filas tantos micromachismos ya que no consigue engañar a nadie. Esa izquierda que cuando profieren machistas rebuznos los exalcaldes de Valladolid o de Granada se rasgan las vestiduras pero encuentran muy graciosas las bromitas sobre abrigos de pieles, atracción sexual parlamentaria o el corte de pelo de la mujer por la que sienten escasa simpatía. Lecciones ni una, que en el ADN de los que se autoproclaman progresistas no está escrita ni grabada la defensa de la mujer. Esa está en el respeto que se les muestra. Aunque sean de derechas.