Actualmente, las mujeres no pueden sentirse completamente seguras fuera de la comodidad de sus propios hogares. A veces, tampoco en sus propias casas. Es imprescindible que cambiemos nuestra mentalidad para que coincida con este mundo en constante cambio. El problema de los silbidos y los piropos en la calle es un factor que contribuye al miedo de las mujeres. Crea una sensación de gran incomodidad y miedo que es difícil de explicar. En muchas situaciones, la gente piensa que es una broma o un cumplido, pero los pensamientos en la mente de la mujer son diferentes: «¿Me están siguiendo?», «¿A quién puedo llamar si tengo problemas?», «¿Por qué me faltan al respeto?». Cada vez que una mujer sale de casa, muchas cosas automáticamente cruzan su mente. Como mujer pienso en la ropa que llevo, cómo volveré a casa (nunca sola), si podré correr con esos zapatos si necesito escapar de alguien, qué objeto puedo utilizar como un arma en caso de ataque, dónde aparco el coche, quién sostiene mi bebida. Que necesitemos pensar en estas cosas todos los días es ridículo, y muchas personas, principalmente hombres, lo ignoran porque no lo experimentan, aunque es algo que necesita atención y cambio. Reducir el número de silbidos y piropos es un cambio bastante pequeño que puede ayudar mucho. Proporcionaría un ambiente mas cómodo y seguro para las mujeres. Debemos esforzarnos por tratar a todas las mujeres como quisiéramos que otros hombres trataran a nuestras hermanas, madres e hijas: con respeto.