El pasado 18 de marzo la UE firmaba con Turquía el acuerdo en el cual todo refugiado que llegara a partir del día 20 a las islas griegas sería enviado de nuevo a Turquía, cerrándoles así las puertas de Europa. Pero aquí no acaba esto. El 22 de marzo el Estado Islámico provoca una serie de atentados en la ciudad de Bruselas con un gran número de víctimas. Y este 22 de marzo los mismos tipos que firmaron el famoso tratado de la vergüenza expresaban sus condolencias a los familiares de las víctimas con ojos aparentemente cristalinos. ¡Qué chiste! Y aún habrá gente que se creerá sus lágrimas de cocodrilo. Lo más triste de todo es que el 22 de marzo todo el mundo era Bruselas y solo quedamos unos pocos que somos tanto Bruselas, como París, Siria, Pakistán, Beirut, Kuwait, Afganistán, Irán o Turquía, entre otros muchos. Y es que todavía recuerdo las palabras con las que mi profesor de historia nos explicó el final de nazismo: "No creáis que por haber matado al perro rabioso se ha acabado el peligro, porque la perra que lo engendró vuelve a estar en celo".