Suele decir Felipe González que los expresidentes del Gobierno son como jarrones chinos, tan valiosos que nadie sabe dónde ponerlos por temor a que se rompan, aunque a veces se desee que se hagan añicos. Hace bien poco, a alguien se le vino a la cabeza la metáfora al escuchar a González decir que Maragall no le hubiera presentado, a él, el Estatut que se aprobó en el Parlamento catalán el 30 de septiembre de 2005. Pero la incomodidad que algunas reflexiones de Felipe pueden provocar en sus sucesores no debe ser nada comparada con el cambio de marcha que las intervenciones públicas de Aznar suponen a veces para el PP. Una semana después de hacerse pública la sentencia que fija la verdad judicial sobre los atentados del 11-M, el expresidente insistió en que quienes idearon la masacre no están ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas, y que sus conexiones tarde o temprano se sabrán, si es que las hay. Ya lo dijo en la comisión parlamentaria del 2004, como si la investigación, la instrucción, el juicio y la sentencia no hubieran pasado. Seguimos en la foto fija del 11 al 14 de marzo de aquel año. Hace una semana me preguntaba si seríamos capaces de sustraernos al debate fantasmagórico sobre el autor intelectual, el inductor o el diseñador de la matanza. Parece que no. Aunque es evidente que el PP ha echado el freno y que después del enigmático "apoyaremos cualquier otra investigación" de Rajoy , ningún dirigente nacional ha ido más allá, la realidad es que la moto circulaba a tal velocidad que ahora cuesta detener la carrera. En privado, muchos dirigentes populares sostienen básicamente las tesis que hace una semana defendieron públicamente Montserrat Nebrera y Jesús López-Medel: que el 11-M no puede ser el eje de su discurso político, que con la sentencia hay que cerrar la puerta al pasado y mirar hacia delante sin alentar dudas inconsistentes. Pero da la impresión de que, más allá de la estrategia política, asistimos a una especie de terapia personal. Y ya se sabe que cuando uno se tumba en el diván salen a flote todos los traumas.