TEtl terrorismo condiciona la vida democrática como conclusión de sus propias motivaciones. Intenta buscar anclajes en reivindicaciones políticas sentidas por una parte de la población para extrapolarlas hasta la utilización de la violencia con unas pretendidas raíces populares.

La obligación de las instituciones, de los partidos y de los ciudadanos es minimizar ese efecto perverso. El más elemental sentido de responsabilidad obliga a desvincularse de toda acción reivindicativa que favorezca la progresión del terrorismo, aunque fuera por una coincidencia circunstancial de éste con objetivos democráticos legítimos que sí se pueden plantear desde parámetros constitucionales. Este ha sido un caballo de batalla con el nacionalismo democrático vasco: mientras se discutía el Estatuto de Gernika, ETA político-militar presionaba con sus atentados para subir las cotas de autogobierno. En muchas ocasiones, el PNV aprovechó claramente la ventaja que le proporcionaba esa coincidencia de objetivos finales con los que ETA decía pretender. Frente a la amenaza directa de ETA a la población no nacionalista, el nacionalismo democrático sostenía sus proyectos como si para ellos la violencia no fuera una dificultad propia.

Josu Jon Imaz ha llamado lúcidamente la atención sobre el beneficio que puede obtener esta ETA que ha desperdiciado el proceso de paz de una consulta popular anunciada por el lendakari que generara unas frustraciones sociales cosechadas por la banda terrorista para reforzar apoyos a sus prácticas violentas.

Imaz tiene una textura nacionalista que se asienta sobre el enorme sentido de la responsabilidad de dar prioridad al final de la violencia para poder desplegar todas sus reivindicaciones sobre el modelo de Euskadi que como dirigente del Partido Nacionalista Vasco está dispuesto a concertar. Su propuesta, que deberá abrirse camino en el próximo congreso de su partido, es absolutamente irreprochable. Con el final de la violencia la libertad abarcará todos los ámbitos de la vida vasca y mientras tanto, el líder del PNV, sencillamente renuncia a sacar ventaja.