El pasado 28 de septiembre se publicó en este periódico el artículo ¿Geoparque o historia? , relatando algunos problemas, limitaciones y agravios comparativos sufridos por el Ayuntamiento de Cabañas del Castillo y anunciándose la formación de una asociación para contribuir a la superación de la situación denunciada. Efectivamente, así era, pero enseguida se vio que los problemas de Cabañas del Castillo y sus pedanías son en realidad los problemas de los 19 municipios de la comarca de Las Villuercas, Ibores y La Jara, y que la problemática existente es difícilmente superable con planteamientos localistas, pues la geología, la geografía, la flora, la fauna e historia vertebran a toda la comarca y no se puede entender lo que se observe en un lugar o tiempo sin conocer también las relaciones o consecuencias con otros lugares de la comarca y de fuera.

Las realidades mencionadas, y otras más, nos han hecho ver que la problemática existente nos aconsejaba asumir la situación de la comarca, que junto con los cumplimientos legales ha originado la constitución de la Asociación de Amigos del País de Las Villuercas, Los Ibores y La Jara, domiciliada en Roturas de Cabañas.

XEN EL ARTICULOx citado se manifestaba el innegable hecho del desproporcionado reparto de las ayudas monetarias de los diferentes planes y programas de desarrollo, amén de la opacidad informativa. Para algunos es todavía más grave que estos hechos se han producido ignorando buena parte del patrimonio de todo tipo y su localización en la comarca, y esto es aplicable tanto a los que han recibido ayudas como a los que no. Sobran ejemplos demostrativos y hay muchas preguntas sin respuesta que incrementarían el valor de la comarca si se respondieran adecuadamente.

¿Por qué la leyenda urbana de los antiguos glaciares cuando en ninguna de las hojas y memorias geológicas de la comarca, publicadas por el Instituto Geológico y Minero de España se dice nada, mientras que en las de otros lugares de España sí? ¿Por qué se descubrieron aquí la Estela Funeraria de Solana de Cabañas y el Tesoro de Berzocana, formado por torques de oro egipcios junto con un braserillo celta? Ambos hallazgos forman parte del fondo arqueológico que custodia el Museo Arqueológico Nacional en Madrid. ¿Por qué están en Berzocana los restos de los hermanos de San Isidoro de Sevilla, y éste en la Colegiata de León, hoy de su nombre y antes de San Juan Bautista, junto al románico Panteón Real? ¿Por qué un antiguo cronista jerónimo escribió que la obra humana más importante de Guadalupe son los 8 Km del acueducto, (de sospechosa manufactura romana) que surte de agua a la Puebla y el Monasterio? A esto, nosotros añadimos las antiguas galerías subterráneas visitables del alcantarillado que se conserva en servicio.

Es mucho lo que no sabemos. Como cuando nos señalaron la similitud de la Torre de la Librería del Monasterio de Guadalupe con la torre de la Orden del Temple que ha dado nombre a un céntrico barrio parisino, a pesar de haber sido destruida, tras la Revolución Francesa, como en Guadalupe se hizo en la primera República, con el contiguo edificio de la Hospedería Real de los Reyes Católicos, de la que su bisnieto, Felipe II estableció en las instrucciones que dio a sus arquitectos, que no hubiera en El Escorial el lujo del palacio de sus bisabuelos en Guadalupe. Todo esto no son más que botones de muestra, tanto de los que han recibido subvenciones como los que no.

En nuestra opinión, se demuestra que no se han hecho inversiones que incrementaran sustancialmente el valor del producto turístico que se intenta promocionar al no tener en cuenta todo el patrimonio natural, artístico e histórico de la comarca, quedando ocultados o desfigurados unos por otros, impidiendo el conocimiento objetivo, y muchas veces más interesante de la sabrosa individualidad de nuestra comarca.

Cuando desde las alturas del pico Villuercas contemplamos las vegas del Guadiana, de las que su población extrae sus recursos y volvemos la mirada sobre nuestras sierras, vemos la enorme tarea que queda por hacer para que las riquezas que contienen puedan ser más provechosas a todos, sin que la presión turística ponga en peligro su capital, como ha sucedido en otros lugares y se nos viene a la cabeza aquellos versos de San Francisco: "las cosas claman al cielo, con dolores de parto, cuando no están sirviendo al fin para el que fueron creadas".

Para contribuir a la superación de la situación descrita, hemos constituido la asociación, abierta a todas las colaboraciones posibles, como aquello que dicen que Antonio Machado decía sobre su obra: "lo que importa es que el pueblo cante la canción, no que sepa cuál es su autor".

*En representación de la Asociaciónde Amigos del País de Las Villuercas,

Los Ibores y La Jara.