Una ´vidente´ brasileña de 35 años ha logrado robar 53.000 euros en dinero y joyas a una mujer de Badajoz por medio del conocido timo de la médium, que consiste en que la ladrona se hace pasar por una persona de poderes extraordinarios, capaces de convencer a fuerzas ocultas del más allá y disolver el mal de ojo o la desgracia que sume a la víctima.

Para que el timo de la médium llegue a consumarse es necesario que se den juntas al menos dos circunstancias: que la víctima tenga dinero u objetos de valor, y que se le nuble su entendimiento hasta el punto de perder su voluntad frente a la de la ´vidente´, que termina gobernando a la víctima hasta hacerle entregar lo que tenga valioso para ´purificarlo´. Después la timadora pone pies en polvorosa y la timada se queda con dos palmos de narices.

Cada vez que sale en los periódicos un episodio como el timo de la médium, de la estampita o de la ´siembra´, que consiste en hacer creer a una persona que se le están cayendo billetes para que ésta se distraiga y robarle el bolso, muchos ciudadanos se sorprenden: "Pero cómo es posible?", se dicen. Pues bien, es posible: a la vista está. Somos una sociedad ufana de la información que maneja, orgullosa de tener acceso, en tiempo real, a un acontecimiento que está sucediendo a miles de kilómetros, pero aún hay posibilidad de que una impostora salga victoriosa de una superchería como es hacerse pasar por alguien que tiene poderes propios de la brujería. Un dato que demuestra que la información es un bien que no está al alcance de todos.