EL RELATO

El antiperiodismo en los atentados de Boston

Jaime Rodríguez

Guijón

Las prisas de los mass media estadounidenses en ofrecer información al instante sobre los atentados de la maratón de Boston derivó en una cascada de errores que pone en tela de juicio cómo las grandes corporaciones elaboran sus contenidos informativos.

Se pudo observar como los medios no fueron capaces de descifrar toda la información que les iba llegando, saber qué era verdad y qué no lo era. Desde que se conoció la noticia los medios de comunicación afirmaron que los cuerpos de seguridad habían matado a Dzhokhar Tsarnaev. El lunes pasado ha salido a la luz que una vez que un agente se acercó al herido, le esposó y le dejó tumbado. Apareció su hermano y se lanzó sobre ellos a toda velocidad con un Mercedes, atropellándolo.

La cadena CNN también cayó en el error de no contrastar la solvencia de la información y el periodista John King anunció en exclusiva que había un detenido. Un día más tarde el FBI lo desmentía y comunicaban que se seguía la pista a dos sospechosos. La cabecera del New York Post exageró el número de víctimas. Algún medio de la derecha más conservadora llegó a publicar que los atentados estaban relacionados con el terrorismo saudí. Debido a este bochornoso espectáculo el FBI se vio obligado a sacar una nota de prensa donde instaban a los responsables de los medios de comunicación a que verificasen la información a través de los canales oficiales antes de informar.

Así vemos cómo grandes medios comienzan a utilizar la instantaneidad como nueva fuente de información dejando a un lado la veracidad y el contraste de la noticia. De la instantaneidad, a la espectacularización, al impacto dramático. En ese orden. Esta es la nueva estructura del "nuevo periodismo" en la que todas sus cualidades se transforman en defectos y todas sus virtudes en vicios.

ELIMINARLOS

Los billetes de 500

Guillermo Samanes Olleta

Hace unos días, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, lanzó al debate político una propuesta para solicitar al BCE la supresión de todos los billetes de 500 euros. Una idea que aunque desde algunos sectores se la este tachando de absurda, cabe decir que no es la primera vez que sale en los medios de comunicación la idoneidad o no de que exista un billete de semejante valor dentro de la moneda única. Amén de que la medida consistiría no en una quita al modo de las preferentes o Chipre, sino simplemente en que la gente que los tenga los sustituya por otros de menor valor justificando claro como los han conseguido, y en el caso de que no sean capaces de explicarlo rendir cuentas ante la Hacienda de Navarra o bien ante la Agencia Tributaria. Algo que no nos vendría del todo mal pensando en que en España se encuentran la cuarta parte de todos los billetes de quinientos euros. Aún cuando no deje de ser verdad que si ello se ha dado, se sigue dando y se dará es por carecer de una Hacienda con la suficiente dotación de medios.