Entre todos

Los playoff del Cáceres

Santi

Grandísimo éxito del equipo más modesto de los últimos años, todo gracias al trabajo y al tesón de unos jugadores que son héroes, de un entrenador que ha hecho callar a todos y de unos directivos que lo hacen posible. El viernes que viene estaré dándolo todo en el Multisusos aunque a la misma hora se juegue la copa del Rey de fútbol.

LOS RECORTES

Tarjeta amarilla

Alfredo Hernández

Jerez

Cuando en un partido de fútbol te sacan la tarjeta --del color que sea-- no queda más remedio que acatarlo. Nos parece, y así le llamamos, de género tonto al jugador que protesta la decisión arbitral. Es inapelable y los gestos y las palabras, muchas veces altisonantes, no hacen más que empeorar la situación y acarrearle disgustos que él solo se busca.

Pues el gobierno toma decisiones que pueden no gustarnos, pero una cosa es que nos disgusten y otra es organizar follones y jaleos callejeros que no consiguen otra cosa que desestabilizar y empeorar la situación, ya bastante crítica de por sí.

Lo único que se consigue es la suspensión del encuentro, que solo beneficia a los enemigos de este país zaragatero y dado al pillaje y al río revuelto. Contemplar las imágenes de los asaltos a los supermercados son todo un poema y una imagen al exterior como para prestarnos dineros. Y, todos perdemos, menos los que no tienen nada que perder, pues todo lo perdieron en tempos no lejanos, y después de tantos años en el machito, haciendo mangas y capirotes mientras esperaban, eso nos querían hacer creer, la llegada de los brotes verdes o la alianza de civilizaciones, y nunca supimos con quién nos querían aliar. Lo que sí es cierto y palpable que la liaron y bien liada; ahora sacuden las manos y a disfrutar de la pensión que les pagamos los que han arruinado y hasta condecoración por los servicios prestados. El único servicio es el haberse largado, pero ni con agua caliente, sino en "reñidísimas" elecciones.

Pero los de las algaradas tienen el dinero asegurado. Tal vez nos haga falta volver a la posguerra, "paladear" la escasez de todo. Hay mucho coche de alta gama, como se dice ahora, aunque no se vea el bienestar más que en algunos que todo lo quieren conseguir moviendo sus caras amenazantes y subvencionadas. El estado del bienestar estaba edificado sobre arenas movedizas y se ha ido al garete.

Han ganado esta guerra, la del dinero, la de las subvenciones millonarias que se han ido por agujeros por un lado y por el otro, parece que por el centro no ha caído nada, solo el infortunio y el paro.

Nadie está dispuesto a prescindir de lo que parecía un milagro, gastar más de lo que se ganaba o se ingresaba. Pero vengan coches y prebendas. Repartir dinero a los amiguetes y todos embobados medio creyendo lo que nos decían estos santones de la economía, del bien vivir y de los langostinos.