WEwspaña va a contribuir al llamamiento mundial de socorro a los damnificados del Sureste Asiático con un contingente militar integrado, principalmente, por 650 soldados, cinco aviones y un buque hospital. Será la tercera fuerza europea y la quinta del mundo desplegada en la zona del siniestro.

En una alusión inequívoca a lo que hizo José María Aznar en la guerra de Irak, José Luis Rodríguez Zapatero proclamó al presentar el despliegue que "las Fuerzas Armadas están donde los españoles quieren que estén". Pese a ello, el PP salió rápidamente a exigir que se informara del envío al Parlamento, olvidando, sin duda, de que se trata de una misión meramente humanitaria y que ese trámite no se cumplió tras la guerra de Irak. El Gobierno, aunque no parece que esté obligado en este caso, se ha comprometido a informar al Congreso.

La magnitud de la catástrofe en el océano Indico no puede afrontarse sólo con las ONG, requiere el protagonismo de los estados. Para España, es una ocasión de demostrar su voluntad de utilizar al Ejército sólo en funciones de interposición para preservar la paz o en operaciones de ayuda tras una catástrofe. Este es un ámbito de actuación del que nunca se debió salir.