Cuando era joven y viajaba al extranjero, este era rico y ajeno en los últimos años del franquismo. Al dejar atrás lo que aquella "Spain is diferent" representaba, pasar las aduanas, --nada que declarar-- y sentir en la frontera que Europa empezaba en los Pirineos, las carreteras se me hacían más anchas, las ciudades más bulliciosas, y los escaparates más atractivos con su moda atrevida, extravagante y cara.

Risueñas e inconscientes, --¡esa alegría juvenil de la aventura!--, cambiábamos pesetas por francos, liras, marcos, u otra moneda exótica, y nos sorprendía lo carísimo que era el "café olé", lo sabrosísimo que estaba el capuchino o lo insípido que resultaba el café alemán. Nuestro aislamiento era perfecto, pues el teléfono suponía lujo caro y llamábamos lo justo.

Solo se veía la televisión del país y en los periódicos España no contaba. Así aumentaba la sensación de lejanía y libertad gozosa de estar lejos de casa, soltar amarras, vivir una dichosa independencia.

Acabo de volver de un Berlín impresionado y dolido por la terrible tragedia gallega, de la que se ha hecho eco constante toda la prensa y no solo los canales españoles. En Friedristrase, la calle comercial glamourosa por excelencia, Eugenia Silva sonreía en cartelazo enorme, enseñando sus blanquísimos dientes a pocos metros de la isla de los Museos y de la residencia de la señora Merkel . Y no sé si esta comprará en el Zara que le pilla de paso para acudir al Bundestag, aunque lo dudo por aquello de la talla. Para colmo ha hecho un calor tan espeluznante, que si cerraba los ojos lo mismo podía estar paseando por Unter der Linden que por Cánovas.

El café alemán sigue tan aguado como en mi juventud. Pero hoy Berlín es otro Berlín y es el mismo. Nefertiti les espera, para hacerles presente que la belleza es eterna. La topografía del horror les recordará que hay cosas que nunca debieron pasar, los restos del Muro que la libertad al final siempre es posible. Y la ciudad toda, que pese a la globalización, viajar sigue siendo la mejor escuela de historia y tolerancia.