WEwl presidente del Gobierno inició ayer las entrevistas para explicar su estrategia antiterrorista a todas las asociaciones y fundaciones que representan a las víctimas. Zapatero pide "confianza" a estos colectivos ante un posible proceso de paz que entrañe un diálogo con ETA si ésta cesa previamente sus violencias y no pretende contrapartidas políticas.

El respeto y la atención que merecen quienes han sufrido los atentados obligan a gestos como el que hace el presidente. Pero nadie puede arrogarse, como hace la Asociación de Víctimas del Terrorismo presidida por Francisco José Alcaraz , la representación exclusiva de este colectivo. Y nadie tiene derecho a abusar del respeto hacia su dolor pretendiendo dictar la política antiterrorista del Gobierno o lo que debe hacer la comisión sobre el 11-M.

Alcaraz, convertido en ariete de la estrategia de un partido determinado, tiene poca legitimidad para seguir en su cargo. Y, al escudarse tras la memoria de los muertos para desplegar su política de erosión del Gobierno, incurre en una inmoralidad. Nuestro ordenamiento democrático no tiene por qué ser víctima de la dictadura de las víctimas del terrorismo, por grande que sea el respeto que nos merecen.