TSte presentó el documental Escenarios móviles , de Montxo Armendáriz , en el Festival de San Sebastián, con Luis Pastor y otros artistas extremeños actuando en uno de esos escenarios ante los donostiarras. Por ahora es difícil calcular el efecto que causará dicha película en aquellos que aún consideran a Extremadura como límite de la nada. Y habrá alguno que seguirá empeñado en decir que ciertos extremeños no estamos autorizados a pegar voces cuando nuestra imagen se minusvalora o se presenta como telón de fondo de sucesos de la España negra .

Insisto en que hace falta multiplicar los esfuerzos para lanzar la imagen real de la comunidad, incluyendo claves culturales que no todo es jamón y buitres. Lo digo porque mientras avanzamos un paso, la mala imagen avanza tres. Lo último es el uso que ha hecho el escritor Carlos Ruiz Zafón de lo extremeño en su extraordinaria novela La sombra del viento que se ha traducido a no sé cuántos idiomas y que le está dando, merecidamente, gloria y esplendor. Uno de los personajes dice haber nacido en un lugar de Cáceres llamado Villa Inmunda (si el nombre de la localidad es ficticio, ¿por qué no lo es el de la provincia?) y la forma de hablar, sus dichos, su ignorancia, diseñan un prototipo terrible del extremeño implantado en Cataluña a mediados del siglo XX.

No seré yo el que lance dardos contra Ruiz Zafón ni contra nadie. Es un autor libre para escribir lo que quiera y defenderé esa libertad hasta el final. Porque, posiblemente, a él y a otros muchos, la imagen que les llega está muy lejos de la que se debería presentar. A quienes tienen la obligación de presentarla lanzo mis dardos.

*Dramaturgo y director del Consorcio López de Ayala