WEwl Womad 2005 ha vuelto a poner de manifiesto que mientras más dudas manifiesta la clase política respecto a su continuidad y formato, más apoyo popular tiene el certamen. El éxito de público ha superado las previsiones más optimistas y, pese a la lógica suciedad que genera una gran cita de estas características, todos los dispositivos habían funcionado correctamente hasta la noche de ayer. Las miles de personas que han disfrutado de la fiesta y la cultura multiétnica durante los dos exiguos días que ha durado el evento en Cáceres merecen que las instituciones públicas que lo organizan recapaciten seriamente y, de cara a próximas ediciones, diseñen de una vez por todas un festival bien programado y con tiempo, con un cartel más completo y una duración acorde con la importancia histórica de este certamen en la capital cacereña. Obviamente, si Cáceres quiere un Womad fuerte y con repercusión mundial --algo que se puede lograr--, éste no puede celebrarse íntegramente en el casco viejo. Pero para eso está la imaginación y hay recintos como el Cuartillo, el Rodeo o el parque del Príncipe que --unos más que otros-- pueden ser tenidos en cuenta para acoger los macroconciertos. En cuanto al presupuesto --otro de los caballos de batalla de los últimos años-- ha llegado el momento de entender que el Womad es una referencia autonómica y nacional que merece ser mimada.