Es un príncipe de los Emiratos Arabes; hijo del que fuera su presidente durante 30 años y tiene una fortuna valorada en unos 18.000 millones de euros y aún así, ha llegado a Plasencia desde el país de la riqueza, Dubai, sin hacer ruido , con discreción, lo que hace pensar que quiere pasar desapercibido porque, cuando ha salido a la calle, lo ha hecho vestido al modo occidental, lo contrario habría llamado la atención rápidamente.

Su alteza Sheikh Saif Bin Zayed Al Nahyan llegó a la ciudad hace ya unos diez días, la semana de la feria. Lo hizo, según ha podido saber este periódico, para aprender doma y monta de un rejoneador extremeño, Leonardo Hernández, que posee una finca ubicada entre Plasencia y Navalmoral. Precisamente, Hernández ha sido uno de los rejoneadores que participaron en la pasada feria.

De sobra es conocida la importancia que en el mundo árabe se da a los caballos. Son una pieza básica para su cultura y sus caballos están entre los mejores del mundo. Su alteza se ha traído los suyos para aprender de un maestro al que no dudó en ir a ver el pasado sábado a la corrida de rejones de la feria. Pocos sabían entonces que el hombre al que el rejoneador le brindó un toro forma parte de la familia que gobierna en los Emiratos Arabes desde hace cuarenta años. Como curiosidad, por su alta posición, asistió a la boda de la Infanta Cristina.

Su secretario, de Sudán y casado con una gallega, y su séquito llegaron antes que el queje a Plasencia con el objetivo de buscar alojamiento y se decantaron, como no podía ser de otra manera, por un antiguo palacio, el Hotel Palacio Carvajal Girón, en la plaza de Ansano, donde ocupan 14 de las 28 habitaciones de lujo que posee.

El hotel tiene cuatro estrellas y es propiedad de la familia que también posee el hotel Huerta Honda de Zafra. Sus habitaciones tienen diseños distintos, con elementos de vanguardia y última tecnología de confort y dispone de una piscina termal.

Fuentes cercanas al jeque han señalado a este periódico que la intención de su alteza era marcharse esta semana, pero le ha gustado la ciudad y ha reservado las habitaciones para una semana más. Además, ha comentado su intención de regresar en septiembre u octubre.

ATENCIONES Como es de esperar, todo son atenciones para su alteza. Dispone de tres cocineros que trabajan exclusivamente para él y le preparan el cordero en un establecimiento de la vecina localidad de Carcaboso.

En el hotel, han tenido que instalar antenas especiales para que pueda ver la televisión de los Emiratos y, como curiosidad, dicen que le gusta el queso y que duerme de día y sale de noche.

No obstante, no sale a la calle habitualmente, aunque hay quien le ha visto pasear por el parque de La Isla. Además, mantiene las costumbres de su tierra, sobre todo en lo que a la alimentación se refiere y su séquito ha traído también sus tradicionales utensilios de cocina.

La visita del jeque ha pasado desapercibida para muchos, no así para el alcalde, Fernando Pizarro, que se ha interesado por conocerle y le ha dado la bienvenida a la ciudad. No obstante, para Plasencia, la visita de una persona de su posición económica y social es todo un revulsivo y puede hacer ganar muchos puntos a la capital del Jerte como destino turístico.