El importante descenso en el número de contagios por covid-19 llevó al ayuntamiento de Monesterio a la flexibilización de algunas medidas, --relacionadas fundamentalmente con la cultura y el deporte--, con lo que el primer festival de teatro, pudo volver a subir el telón. Lo hizo la noche de este viernes, con el último montaje de la bailaora Manuela Sánchez. Un homenaje a los grandes del flamenco, bajo el título de Leyendas, que llenó el reducido patio de butacas, con aforo limitado a un centenar de espectadores.

Baile, cante, toque y teatro volvieron a fundirse, como reconocimiento a algunas de las leyendas del flamenco: Paco de Lucía, Camarón de la Isla, Enrique Morente, Bambino, Merche Esmeralda, Blanca del Rey, Carmen Amaya y Lola Flores. Una manera muy peculiar de presentar el flamenco al espectador, a través de la teatralización de la vida y la trayectoria artística; casi a modo de charla en una peña flamenca, de un puñado de irrepetibles. Artistas, “clave” en la trayectoria de Manuela Sánchez, a los que tributa “admiración absoluta”, con un “legado irrepetible”.

Construcción

ConstrucciónDesde este respeto y devoción nace un espectáculo en el que “hubieran cabido muchos más”. La propia dinámica de la función, --lo que Manuela quiere contar y transmitir a través de palos y estilos de cante, toque y baile--, hizo fluir el argumento sobre el que la bailaora se deja llevar para evocar lo que fueron, y seguirán siendo para siempre los ocho artistas homenajeados.

Muy bien acompañada en el escenario, Manuela Sánchez cuenta para este espectáculo con parte de esa gran familia que la escolta desde siempre: Juan María Duende y Chiqui de Quintana, al cante; Francis Pinto, a la guitarra; Paquito Suárez, a la percusión y el piano; y el narrador, (en esta ocasión tertuliano flamenco), Fernando Ramos.

Seguro

SeguroLa organización cuidó hasta el último detalle a la hora de cumplir con las normas sanitarias y de distanciamiento social para evitar contagios por coronavirus. Aforo muy limitado, venta de entradas anticipada, toma de temperatura, distanciamiento social, desinfección de manos, circuitos de entrada y salida, e incluso la compañía permitió puertas abiertas para la constante ventilación del auditorio. “Cultura segura. Cultura necesaria”, reivindicó Manuela Sánchez sobre el escenario.